La actuación está aún pendiente de la salida de Dolores y la SGHN
20 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La obra en el antiguo Hospicio comenzará «en cuestión de días». Así lo aseguró el concejal de Urbanismo, Guillermo Evia, que aguarda que la reforma pueda comenzar de forma «inminente». De confirmarse, lo haría medio año después de la adjudicación oficial de unas obras cuyo arranque se ha ido posponiendo desde finales del pasado año.
Solo el traslado de las dos entidades que todavía tienen parte de su material en el edificio bloquea la actuación. Pero según el edil, la situación está a punto de solventarse. De hecho, la Cofradía de Dolores ha liberado buena parte del espacio que ocupa en el bajo del edificio noble para que la empresa adjudicataria de los trabajos, Dragados, pueda instalar su oficina de obra. Pero todavía quedan elementos por retirar, entre ellos, uno de los tronos que salen en las procesiones de Semana Santa.
Un trono en el bajo
El nuevo presidente de la entidad, Manuel Larrosa, explicó que la sede alternativa que se le ofreció a la cofradía, los bajos de la residencia Abrente, no tiene una puerta suficientemente amplia como para permitir la entrada de estos elementos. Por ello, ha solicitado una reunión con el alcalde en la que pretende desbloquear la situación. Larrosa recuerda que el anterior gobierno firmó con la cofradía un convenio por el que la cofradía utilizaría el bajo de la residencia de Esteiro y que incluiría también que una carpa alojase durante la Semana Santa los tronos en la plaza de Amboage, para que pudiesen quedar expuestos al público.
Sin embargo, Evia recuerda que ese acuerdo no está aprobado oficialmente, ya que todavía «no había ido a pleno».
El otro obstáculo para poder dar inicio a las obras es conseguir que la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) concluya el traslado del Museo da Natureza.
El calamar gigante
Paulino Gasalla, representante de la entidad, explicó que la mayor parte de la colección se encuentra ya en la Casa del Coronel, pero que hay una pieza importante que todavía permanece en el Hospicio, además de parte del mobiliario. Se trata del calamar gigante de ocho metros de longitud que se muestra en una urna de cristal llena de alcohol. La SGHN pretendía cambiar el líquido para hacer el traslado, pero el alto coste de la operación -serían necesarios 500 litros- ha hecho desistir a la entidad, que intentará trasvasar el contenido a recipientes más pequeños para poder reutilizarlo después de nuevo en la conservación del calamar, hallado hace varios años en Foz (Lugo).
La operación está prevista para la próxima semana, lo que despejaría el camino para el inicio de la rehabilitación del Hospicio, que tiene un presupuesto de 1,3 millones de euros y un plazo de ejecución de un año.