Quico Bustabad, actualmente presidente de Asfedro, presidió la coordinadora de comunidades. Afirma que ahora la tarea tal como se hacía en sus tiempos llega a su fin por la sencilla razón de que la gran mayoría ha accedido ya a la propiedad y pagado todo lo que correspondía. Recuerda que en los años 80 muchos adjudicatarios de viviendas sociales, como medida de presión, dejaban de pagar porque habían detectado numerosas deficiencias en los pisos y la administración no las reparaba. A la postre, cuando se ejecutaban los arreglos, ocurría que la deuda, sobre todo quienes tenían contrato de compraventa, era significativa: se había creado otro problema. La coordinadora buscó la solución. Se pagarían dos meses en uno, se aprovecharían las pagas extraordinarias y otras fórmulas que, en su mayoría, sirvieron para saldar la cuenta.
Gran arraigo
Esta tradición de intermediación cuenta con gran arraigo en Caranza, herencia de las luchas vecinales de los años 70 en demanda de mejoras o por la integración de determinadas comunidades y contra la droga que hicieron valedor al barrio del premio Reina Sofía, como recuerda Bustabad: «Llegamos a negociar reparaciones de bloques enteros con presupuestos de un millón de euros anuales».