La clase McGyver de la Politécnica

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

CÉSAR TOIMIL

Alumnos de ingeniería desarrollan sensores con un kit de apenas 12 euros

26 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay una clase en la Escuela Politécnica que podría ser la versión investigadora de la serie McGyver: se trata de unas sesiones prácticas en las que los alumnos deben aplicar toda la teoría aprendida durante la carrera partiendo de una pequeña caja de herramientas con materiales que no superan los doce euros. «Esta es una experiencia que ya se está desarrollando en las universidades americanas y que hace poco pude ver en un congreso que funciona muy bien; nosotros la ponemos en marcha este año por primera vez y con el primer ciclo que está en el Plan Bolonia», explica Urbano Lugrís, profesor de la asignatura.

Los alumnos se dividieron en dos grupos y su reto fue crear un sistema en el que el funcionamiento de los sensores sea la clave y así han conseguido una pieza que aplicada en un barco de guerra, por ejemplo, estabilizaría la cubierta para disparar un cañón o dirigir con tino un foco de luz. «Esas son solo algunas de las aplicaciones», detalla Alejandro Verde, uno de los estudiantes, que se declara encantado con una clase en la que ha aprendido nociones para soldar e improvisar todo tipo de soluciones.

El equipo rival optó por un coche que es capaz de sortear todas las paredes sin ayuda y gracias a los detectores que lleva incorporado. Aunque los autores reconocen que recuerda a los aspiradores que se mueven solos, también apuntan que servirá para innovar en el terreno de la industria automovilística.

«Es una pena que este tipo de sesiones no se puedan realizar desde los primeros cursos, porque nos han ayudado mucho», explica Miguel Sala, un estudiante que, al igual que su compañero Verde, tiene 21 años y este curso terminará la carrera, además del proyecto. Confiesa que le gustaría trabajar en el sector de la construcción industrial y, de hecho, tiene un plan para innovar en este terreno. Su compañero sueña con colaborar con algo relacionado con la ingeniería de los coches de competición, pero ambos son muy pesimistas. «Tal y como está el mercado laboral, seguiremos estudiando algún máster o trataremos de entrar en alguna de las prácticas que se ofrecen en el extranjero».