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José Manuel Suárez Sandomingo destaca su labor en defensa de la agricultura, la educación o el ferrocarril
18 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En 2012, José Manuel Suárez Sandomingo (Ortigueira, 1959), licenciado en Ciencias de la Educación y doctor en Pedagogía, publicó un libro sobre Benigno Teijeiro Martínez, «el ortegano más solidario y sabio, que pasó casi toda su vida en Argentina, con éxitos en los campos de la historia, la pedagogía, la antropología y el periodismo». De ahí que decidiera abordar la biografía de Federico Maciñeira y Pardo de Lama (O Barqueiro, 1870-Ortigueira, 1943), «alter ego de Benigno, con toda su obra hecha aquí». Ayer la presentó en Cariño, invitado por el PSOE, y el 24 (19 horas) lo hará en el Nuevo Club de Ortigueira.
—¿Qué es lo que más le ha sorprendido de su figura?
—Su buen trato, con personajes importantes o gentes del pueblo. Su buen talante y su sabiduría para profundizar en cualquier tema lo convirtieron en un hombre al que todos querían (...), en todo un líder. Lo más importante es su filosofía de vida: hacer las cosas con desprendimiento, pensando antes en mejorar el conjunto social que en la riqueza material y personal.
—¿Qué papel desempeñó en el campo de la agricultura?
—Es una faceta poco conocida. Cuando toda Galicia vivía de la agricultura, él pensaba que el agricultor debería tener conocimientos de economía agrícola. Observaba que muchos montes incultos deberían ser plantados con eucaliptos, un recurso, la madera, para cuando vinieran mal dadas. Y creía que la zona del Ortegal era muy adecuada para la plantación de manzanos, la fruta por excelencia para él.
—¿Y qué significa para el movimiento agrario ortegano?
—Estuvo representado por dos familias, la de Manuel y Vicente Sandomingo, y la de Luciano y Leandro Pita Sánchez-Boado. Él colaboró con el alcalde Manuel Sandomingo, para conseguir el campo de experimentación de Senra, y con Leandro Pita, para aglutinar el movimiento ganadero con la organización de concursos, experimentación con razas autóctonas y foráneas para lograr una cabaña de calidad.
—¿Y como alcalde de Ortigueira?
—Su alcaldía fue bicefálica. Los asuntos de trámite estaban en manos de Vicente Sandomingo y los que requerían relaciones externas o cooperación entre organismos eran más propios de Maciñeira. Intentó que todas las parroquias tuviesen escuelas, adecentar los caminos, que hubiese fuentes públicas, mejorar las comunicaciones (correos, telégrafos y teléfonos) y otras acciones que le dieron cierta entidad a Ortigueira, como las fiestas del Nido o del árbol.
—¿Qué tuvo que ver con el ferrocarril de la costa?
—Desde 1892 hasta que falleció dedicó mucho tiempo a trabajar para conseguir el ferrocarril. Escribió más de 50 artículos en periódicos y revistas, fue miembro permanente de la comisión de representantes para la consecución de la línea férrea, presionó a todos los niveles, local, Diputación, diputados en Cortes, incluidos Castelao y Vilar Ponte, para que se agilizase su creación. Presentó su dimisión como alcalde, a la par con otros de la zona, como el de Ferrol, cuando las Cortes le retiraron de los presupuestos la partida prevista para la línea del Cantábrico, consiguiendo que la reincorporasen. Movió Roma con Santiago por una obra que nunca vería.
—Destaca también su faceta de articulista de prensa...
—Desde los 20 años estuvo al frente de varios periódicos, El Ortegal, El Cabo Ortegal... Fue amigo personal de Juan Fernández Latorre y escribió muchos artículos para La Voz de Galicia, e incluso introdujo en el periodismo a Antón Vilar Ponte. Entre artículos periodísticos y de investigación escribió unos 300; algunos todavía son referencia hoy, sobre todo para los temas arqueológicos e históricos.