Los «Red nosé awards» premiaron proyectos como casas para refugiados
04 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hace años que cuando un empresario se acerca a la Escuela de Diseño Industrial (EUDI) con la idea de crear un premio los directivos del centro tratan de hacerle entender que ese no es el camino que buscan. «Es una vía para trabajar gratis, para entregar diseños sin nada a cambio, porque esos concursos exigen un trabajo que nadie paga y encima el autor corre el riesgo de perder la propiedad intelectual, así que nosotros les recordamos que existe un marco legal para colaborar de una manera más justa y pasa por la firma de un convenio», cuenta José Ramón Méndez, director de la EUDI y que lleva padeciendo las secuelas de los certámenes de ideas desde que estudiaba en las universidades de Alemania.
Tanto él como el resto de los docentes alertan a sus alumnos contra las prácticas de algunas convocatorias que persiguen hacerse con ideas y, de paso, conseguir publicidad a bajo coste, pero si aún así sus alumnos se presentan, pues les reconocen el mérito y el esfuerzo. Tanto que el subdirector de la escuela, Jon Solozábal, creó unos premios que reivindican la propiedad intelectual con mucho humor: se llaman los Red nosé awards y reparten narices de payaso, además de diplomas de la escuela.
«No sé...»
«Hay un juego con el nombre, porque cuando los estudiantes vienen a las tutorías y les preguntamos por qué han hecho una u otra cosa siempre suelen responder: ‘No sé’», comenta Méndez, que reconoce que tanto la convocatoria como la entrega sirven para que tanto alumnos, como profesores puedan reírse un poco de sí mismos.
En cualquier caso, estos premios reconocen el éxito de universitarios como el equipo formado por Ánxela Barros Domínguez, Adrián Coira Iglesias, Ana Cotelo Velo, Manuel De la Fuente Vázquez y María Prieto Blanco, que diseñaron una casa para acoger a refugiados llamada Dasy; o la proeza de Luis Manuel García, que junto a su pareja Alba Martínez han sido nueve veces campeones de baile deportivo de Galicia; también se ensalzó el triunfo de Paula Camiñas, una estudiante que ganó dos primeros premios en el certamen de packaging del Cluster gallego y a Lucía Martínez, que con su corto Latidos logró el primer premio de un certamen convocado en Los Ángeles por Sony. A este podio se subieron dos profesores del centro, Ahitor Regueiro y Jesús Villar, que lograron su nariz roja gracias a una mejora laboral en el escalafón de la universidad. Todos estos méritos e iniciativas cuentan con un versión que se puede ver en YouTube e incluso algunos cuentan con más que relatan episodios de la experiencia, como es el caso del viaje a EE.UU. para recoger un galardón y que titularon La, la, land.
Currículo
Los red nosé arrancan muchas sonrisas en la EUDI, pero también sirven para que los alumnos interioricen las consecuencias de participar en certámenes, que les suponen emplear tiempo, frente a programas reglados por convenios firmados entre la UDC y las empresas. «Los primeros no dicen nada en un currículo, mientras que los segundos sí aportan mucho y permiten un desarrollo de trabajo serio para las dos partes», incide José Ramón Méndez Salgueiro, que recuerda que su escuela ha firmado 70 acuerdos de este tipo.