De por qué no se puede aprovechar el gas de las flatulencias de las vacas

Maruxa Alfonso Laya
M. ALFONSO REDACCIÓN / LA VOZ

FERROL

ANGEL MANSO

Evitar la contaminación y mejorar las condiciones de producción ganadera son el objetivo de varios de los siete proyectos de investigación desarrollados por Agaca

15 oct 2019 . Actualizado a las 13:28 h.

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¿Es posible aprovechar el metano que se genera de forma natural en las granjas de vacuno mediante las flatulencias de los animales o con la acumulación de purines? ¿Puede ser la producción de leche más sostenible? ¿Hay manera de utilizar el abono para calentar invernaderos? Estas son solo algunas de las preguntas que se plantearon los responsables de la Asociación Galega de Cooperativas (Agaca) y a las que decidieron dar respuesta poniendo en marcha hasta siete proyectos de investigación en colaboración con diversos centros tecnológicos, universidades y administraciones. Y los resultados arrojan múltiples posibilidades para que las granjas sean más sostenibles. Eso sí, de las flatulencias de los animales no se puede extraer biogás ¿El motivo? Los establos están tan bien ventilados que en su interior no se registran altas concentraciones.

Eurel es el nombre del programa que pretendía calcular cuál es la huella de carbono de las explotaciones y si en las mismas se está haciendo un correcto uso del fósforo y el nitrógeno. Como resultado, los técnicos aconsejan a las granjas incrementar el consumo de forrajes propios, la rotación de cultivos en las raciones e incidir en el encalado de las parcelas para favorecer la asimilación de nutrientes. Sobre la huella de carbono, las investigaciones muestran que el 47% procede de las flatulencias de los animales, el 48% de la alimentación (producción de piensos y cultivos), y el restante se reparte entre consumo energético y transportes.

Otra de las iniciativas de investigación buscaba aprovechar el metano que se genera de forma natural en las granjas de vacuno y, con él, crear biogás, un combustible que podría usarse en la explotación. Aunque el gas de las flatulencias de las vacas no puede emplearse para esto, sí que ofrecen grandes posibilidades los purines, concluyeron los investigadores. De una balsa de purines fueron capaces de extraer una media de 15 metros cúbicos de biogás por cada metro cúbico de purín. Y eso sin haber intervenido de ninguna forma en el proceso. La principal conclusión de este estudio es que cubrir las balsas de purín puede ser una solución de bajo coste para generar un biogás que, posteriormente, podría utilizarse, por ejemplo, para dar calor.

Estercosol es el nombre de la tercera iniciativa, pensada para aprovechar el estiércol para generar calor. El sistema consiste en recoger el calor del estiércol almacenado y, mediante una bomba de calor, utilizarlo para calentar invernaderos. El proyecto está en fase experimental y precisa de una mayor recogida de datos, pero se cree que podría ayudar a reducir el precio de la factura eléctrica a la cuarta parte.

El último de los proyectos ganaderos desarrollados por Agaca consistía en producir carne utilizando un vacuno criado en los montes y alimentado con productos de proximidad, como guisantes, cebada y bagazo de cerveza. El sistema resulta más barato porque permite ahorrar en la compra de piensos.