Rachelle, una reina para lo más alto de Narón: «Es un orgullo ser una de las primeras DJ de la zona»

FERROL

Hija de uno de Los Tamara y pincha en La Suite; «en la noche ves la realidad de la gente y desde la cabina aplico psicología de pista»
09 dic 2023 . Actualizado a las 00:21 h.A Raquel Muiños le corre la música como una ola por las venas. Su padre formó parte de Los Tamara y Saratoga, ahora sigue trabajando por bodas y cenas como Paco Chevalier. Su primo Carlos Campoy enseña guitarra en la Yamaha School de A Coruña. Y su otro primo Julio Campoy triunfó como DJ Titinho o Julio Titinho. De este último lo ha aprendido todo en su último reto personal: su transformación en DJ Rachelle, una auténtica reina y pionera desde lo más alto de Narón: «Es un orgullo ser una de las primeras chicas DJ de la zona, un puntazo y un pelotazo». Una auténtica guerrera a la que aún le puede la humildad. Aunque su primo Julio lo deja claro: «Para mí es la primera DJ profesional en locales de la comarca, y lo está haciendo muy bien».
Desde la cabina de La Suite, esta mujer de 45 años convierte desde hace unas semanas las noches de Ferrolterra en un pedazo de viaje por el techno, el house, el reguetón, el latino o incluso el remember. Desde hace muchos años trabaja en el mundo de los seguros a través de una empresa de ámbito nacional. Pero siempre lo compaginó con la noche, «trabajé en locales como Onda, mi primo Julio es como mi hermano y la verdad es que hemos sobrevivido a muchas fiestas», se ríe. Julio Campoy, dueño de La Suite, le ha enseñado «la teoría y la práctica para pinchar, desde la estructura de las canciones a la identificación de los géneros, las mezclas, melodías y armonías». La iniciativa salió de ella: «Le dije, ¿por qué no me enseñas a pinchar? Más aún siendo mujer, yo quería ver a una mujer aquí arriba».

¿Qué se siente en lo más alto de un local? «Tienes que aplicar psicología de pista, adaptar la música al público y al momento para lograr los subidones; porque a mí me encanta el house y la música electrónica, pero tienes que manejar los gustos de la gente... la verdad es que aprendí del mejor», reconoce. En la cabina, «hay subidón, te sientes como Dios pero al mismo tiempo observada». En ese sentido, apunta que «una mujer como DJ en un local de renombre puede ser carne de cañón y objeto de críticas, pero a mí me da igual... yo solo me dedico a aprender cada día un poco más».
Cuando empezó, «no sabía ni manejar una mesa de mezclas». Ahora también sincroniza la música con las diez pantallas del local, porque las canciones que ella pincha se vuelcan en forma de vídeos. «Hay límites como los tiempos actuales de las canciones que ahora son más cortas, no hay las versiones extended de antes», explica. En ese sentido, la DJ afirma que «juego para saber en qué momento hay que meter la canción, hacer las transiciones; por ejemplo, el pasado martes (víspera de festivo) tuvimos una gran noche con el local lleno y de subidón».
En su estreno hace unas semanas, «la primera media hora estuve muy nerviosa, soy muy echada para adelante pero era una responsabilidad, la música es una palanca muy grande». Consiguió no quedar en blanco, «soy muy autoexigente y siempre tienes miedo a meter la pata, yo le escribía a Julio pero él me tranquilizaba todo el tiempo».
Ahora quiere seguir el camino del house y la electrónica que ya marcó su primo: «Él trabajó como DJ por toda Galicia y hemos ido a muchos conciertos, me encantan Antoine Clamaran, James Hype o Tita Lau». Sigue la tradición de que a veces algún cliente le pida alguna canción, y no descarta en el futuro pinchar en dúo junto a Julio. A la cabina se sube cada noche de fiesta con sus cascos Sennheiser HD-25, vestida de negro o con toques de plata, con el pelo rubio muy liso o en coleta para que no le moleste.

Cada sesión dura cuatro horas, y ahora se viene maratón con las Navidades. «Cumplo uno de los sueños de mi vida pero estoy empezando, quiero hacerlo mejor», reconoce. Y cada noche comprueba que los 90 nunca han muerto: «Al contrario, el remember siempre está presente... desde Safri Duo, Whigfield o Gala (con el himno Freed from Desire).
Ella misma hizo desde muy joven el mítico recorrido Ozono-Onda-Zebra-West: «Más que trasnochar, madrugábamos; en la noche ves la realidad de la gente y con mi trabajo desde la cabina aplico psicología de pista». Y ahora muchas niñas que sueñan con ser DJ ya se ven reflejadas en DJ Rachelle.