Alexis, un chico valiente en Ferrol: «Tengo TEA pero superé el miedo a los fuegos artificiales, ¡salté de felicidad!»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

FERROL

Sonia Filgueira con su hijo Alexis Cruz, en el campo de la fiesta de Caranza.
Sonia Filgueira con su hijo Alexis Cruz, en el campo de la fiesta de Caranza. CESAR TOIMIL

Con trastorno de espectro autista y déficit de atención, este niño de 13 años ahora incluso ayudó a lanzar los cohetes de Caranza; su madre Sonia Filgueira declara que «él es mi orgullo»

16 ago 2024 . Actualizado a las 13:09 h.

Alexis Cruz Filgueira tiene 13 años, muy buenas notas en el cole (un diez en Tecnología), familiares y amigos que lo quieren. Le encanta la naturaleza y practicar pesca submarina: «Me fijo mucho en cómo se desarrollan las tormentas y los huracanes». Vive en Caranza y va al Lestonnac. Pronto pasará para segundo de ESO y le gustaría ser científico. Y también tiene TEA (trastorno del espectro autista) más un déficit de atención combinado sin hiperactividad, con diagnóstico desde los ocho años. Estas circunstancias le impedían disfrutar de los festejos, «por miedo a los fuegos, petardos y globos». Pero hace una semana combatió esos temores: «Yo tengo TEA pero superé el miedo a los fuegos artificiales, ¡salté de felicidad!».

Incluso ayer en las fiestas de Caranza ayudó a lanzar algún cohete con la comisión. ¿Cómo lo logró? Su madre Sonia Filgueira, de 39 años, recalca que «fue gracias a su valentía, él es un luchador, lo que se propone lo consigue». Alexis cuenta que se encontraba en el campo la noche de los fuegos artificiales en este barrio de Ferrol cuando empezaron a lanzarlos: «Me tapé los oídos y me fui marchando, pero al final decidí acostumbrarme, me quité las manos de los oídos y me sentí muy alegre por lograrlo tras muchos años». Le ayudaron su madre y Samu Díaz, de la comisión, «que lo cogió, lo abrazó, le regaló tres fichas de atracciones y una gorra».

El propio Samu tiene una hija con TEA, «también con fobia a los ruidos que se le fue quitando, siempre etiquetamos a las personas pero simplemente para los niños con TEA a veces el mundo va demasiado deprisa y solo hay que explicárselo con calma... La vida hay que enfocarla con alegría porque eso te sacará adelante cuando las cosas se tuerzan». 

Sonia Filgueira, su hijo Alexis Cruz y Samu Díaz (de la comisión de fiestas).
Sonia Filgueira, su hijo Alexis Cruz y Samu Díaz (de la comisión de fiestas). CESAR TOIMIL

«Un corazón muy noble»

En el caso de Alexis, la madre explica que «es un niño muy bueno, sociable y estudioso, con un corazón muy noble y un 36 % de discapacidad, siempre tuvo miedo a los ruidos fuertes y a las fiestas iba con servilletas para los oídos». Antes, el chico «se frustraba, lloraba y se ponía rígido en estas situaciones». Ahora al superar ese miedo, «se le subió la autoestima y quiere ir ya a todas las fiestas». Para Sonia es «un orgullo enorme que supere esto, él es mi hijo y mi orgullo». Y ambos coinciden en que «queremos visibilizar esto y darle normalidad, demostrar al mundo que te puedes integrar bien en el entorno aunque tengas dificultades».

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Esta vecina de Ferrol también siente a veces inquietud: «Temo el día en el que falte yo, pero sé que él conseguirá todo lo que se proponga, quiere ser científico aunque tras ver los fuegos piensa en ser feriante (risas), cuenta con muchas metas, como todos los niños». Alexis añade que «saqué muy buenas notas en casi todo, me gustaría ser científico o profesor, me encanta conocer el clima, la naturaleza».

Cuando él tenía tres años su madre ya notaba «que algo pasaba y no solo era un problema madurativo». Ahora no solo es un buen niño y buen estudiante sino que cada día aprende a combatir los miedos: «Y a vivir con alegría».