La Sociedad de Naturales de Puentes en Cuba, al límite: «Necesitamos ayuda»

A. F. C. AS PONTES / LA VOZ

FERROL

El panteón pontés, en el cementerio Cristóbal Colón, en La Habana
El panteón pontés, en el cementerio Cristóbal Colón, en La Habana FERNANDO FRESCO

Es una de las 25 que resisten, de las 260 entidades gallegas que llegaron a existir en La Habana, y solicita apoyo económico para el mantenimiento del panteón

07 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1912, José María Bouza Vello, vecino de Chamoselo, en As Pontes, entonces presidente del Centro Gallego en La Habana, creó la Sociedad de Instrucción Naturales del Ayuntamiento de Puentes de García Rodríguez. Entre sus fines destacaba la recaudación de fondos para construir escuelas en su municipio de origen. Así fue, como recoge José María López Ferro en el último cuaderno editado por la Fundación Museo Etnográfico Monte Caxado, O paso do tempo. Detalla que en 1929 se inauguró el Grupo Escolar de As Pontes (el colegio Santa María); y después se levantaron las casas escuela de O Freixo, Somede, Vilavella (A Barosa) y O Deveso. En La Habana costearon el Panteón Social de Naturales de As Pontes, en el cementerio Cristóbal Colón.

Ha transcurrido más de un siglo y la Sociedad Naturales de Puentes de García Rodríguez se encuentra al límite, como alerta otro pontés que emigró a Cuba, José García Cabarcos, Pepiño. Allí logró licenciarse en Economía y recibió la medalla Raúl Gómez García, «la condecoración más alta del Sindicato de la Cultura en Cuba», como él mismo recuerda en el escrito que le remitió a un familiar de As Pontes, Xosé María López, con el afán de hacer pública la precaria situación económica de la entidad que presidió durante más de 30 años y de la que es presidente honorífico.

«Sigo cuidando el panteón de los ponteses en Cuba [...], que a duras penas podemos seguir manteniendo», reconoce. Cuenta que hasta el inicio de la pandemia el Concello de As Pontes les otorgaba una subvención anual, con la que cubrían «los gastos de mantenimiento del panteón y alcanzaba para realizar tres o cuatro actividades culturales a lo largo del año». Esto les permitiría «disfrutar, aunque sea una tarde», de su grupo de baile, «e intercambiar un momento de confraternidad». Pero, señala, «hace dos o tres años» que no reciben apoyo económico del Ayuntamiento, lo que ha dejado a la sociedad en una situación agónica.

Respaldo del Concello

Fuentes municipales aclaran que el Concello no ha retirado la subvención a la sociedad: «El año pasado hubo un problema de tramitación por la baja de un funcionario, pero estaba presupuestada, igual que este año (pero aún no la han solicitado) y forma parte del plan estratégico de subvenciones». Las estrecheces económicas son el motivo del SOS que lanza desde La Habana este representante de la sociedad pontesa, una de las 25 que aún resisten, de las 260 de toda Galicia que llegó a haber, como recalca. Si sobrevive, apunta, es gracias a que se ha fusionado con la de Hijos del Ayuntamiento de Agolada, de Pontevedra. En el panteón descansan los restos de sus padres y de tantos otros ponteses.

Pepe, El Gallego

En la carta remitida a su pariente, García Cabarcos reflexiona sobre su vida en Cuba: «Cómo un emigrante de As Pontes logró, con esfuerzo y dedicación, desarrollarse en una sociedad que durante muchos años nos veía, a los gallegos, como brutos e ignorantes. Era común hablar del ‘trío' compuesto por gallegos, negros y chinos». «En mi caso, tuve que enfrentar y superar esas barreras, y hoy me enorgullece ser recordado por muchas personas como Pepe, El Gallego, así como por otros tantos ponteses que pasaron por mi casa, a los que mi difunta madre les hacía siempre una tortilla gallega», relata.

Pepiño pide que no se destaquen sus logros e insiste en que es «un gallego de As Pontes, como tantos otros, que consiguió grandes cosas en tierras lejanas, metas inimaginables de alcanzar». Y sobre todo reclama ayuda económica para mantener en pie el panteón y la sociedad, que suma ya 112 años de historia.