Mujeres gitanas que rompen estereotipos: «Ahora quiero luchar por mis sueños»
FERROL
De la mano de la Fundación Secretariado Gitano, Ruth ha cambiado el mercadillo y la limpieza por un salón de manicura y Cintia ya encadena contratos en una firma naval auxiliar de Navantia
11 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En el siglo XIX, cuando el prototipo de mujer ideal lo encarnaba la perfecta ama de casa, siempre sumisa y decorosa, la literatura pintaba a las féminas gitanas como todo lo contrario. Ahí está, por ejemplo, la cigarrera Carmen, de Prosper Mérimée, seductora, indomable y dueña de sí misma y de su destino. Pero luego las tornas cambiaron. Y cuando ya en el siglo XX se empezó a valorar que las mujeres trabajasen y saliesen de casa, el estereotipo se transformó y entonces se empezó a ver a las mujeres gitanas como sumisas y supeditadas a la voluntad de sus maridos.
En pleno siglo XXI, las connotaciones negativas y los prejuicios siguen ahí. Pero Silvia Gil Couto, coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano (FSG) en Ferrol, percibe que las cosas están cambiando y asegura que en «los últimos años ha habido muchos avances positivos». Así lo explicaba este martes en el antiguo local de la FSG en Recimil, donde tuvo lugar la entrega de diplomas a los jóvenes que participaron en los últimos cursos formativos del programa de inserción laboral de la entidad. Y allí mismo, entre el alumnado que recibió los diplomas, Ruth Salazar y Cintia Couto ponían rostro y voz a esa nueva realidad que derriba prejuicios y borra los estereotipos que todavía pesan sobre las mujeres gitanas.
Las dos han conseguido acceder al mercado laboral de la mano de Secretariado Gitano. Ruth hizo el curso de técnica de uñas y ya ha logrado un contrato en el espacio que Nails Factory tiene en el hipermercado Alcampo. Y Cintia asistió a un curso de prevención de riesgos laborales y trabajos de reparación en el sector naval que le ha abierto la puerta a trabajar con el grupo Alttion, auxiliar de Navantia.
Pero vayamos por partes y empecemos por Ruth, ferrolana del barrio de Telleiras de 30 años. Cuenta que no acabó la ESO por «imprudente» y también porque desde muy joven tuvo que ponerse a trabajar para llevar dinero a la casa. «Hice todo, estuve en una panadería, en un vivero de plantas, también trabajé como repartidora, en el sector de la limpieza, como barbera a domicilio.... Y durante mucho tiempo también tuve un puesto de lencería en el mercadillo», enumera repasando su trayectoria desde los 15 años.
Pero Ruth confiesa que lo que más le ha gustado siempre es el mundo de la estética y la imagen. Y, por eso, cuando se enteró de que Secretariado Gitano organizaba un curso de técnica de uñas en colaboración con varias firmas del sector, no se lo pensó dos veces. «He trabajado en cosas que no me gustaban mucho, pero ahora quiero luchar por mis sueños. Querer es poder», proclama Ruth, que está decidida a seguir formándose. «Ya tengo claro que lo siguiente será un curso de barbería y después quiero hacer otro de fotografía», avanza ilusionada.
Al preguntarle si alguna vez ha notado rechazo por ser gitana, responde veloz. «A lo largo de mi vida me he sentido discriminada y rechazada muchas veces, como cuando fui a ver un piso y nada más verme me bloquearon en el wasap. La discriminación duele mucho, pero creo que con una buena comunicación y respeto las cosas pueden cambiar», dice convencida Ruth.
Cintia, en cambio, asegura que nunca ha sentido esa discriminación. Gitana por parte de padre, esta caranceira de 28 años también atesora una buena colección de trabajos temporales. Aunque cursó un ciclo de estética, pronto se dio cuenta de que no quería dedicarse a ese mundo de manera profesional. Y tras asistir a un buen puñado de cursos formativos, encadenó varios empleos temporales: de frutera en un supermercado, también en el sector de la limpieza, de jornalera en la campaña de la vendimia en Francia y como camarera de pisos en un hotel de Lanzarote.
«Volví porque allí estaba sola y tenía morriña», cuenta echando la vista atrás. Lo de trabajar en el sector naval jamás se le había pasado por la cabeza, pero tras asistir al curso de Secretariado Gitano y haber firmado ya dos contratos con Alttion, está decidida a orientar su futuro laboral en esa dirección. «Yo soy muy activa y necesito movimiento y esto se me da bien y es muy entretenido», valora Cintia, que ya ha trabajado en tareas de limpieza, lijado y pintado en dos barcos, uno Fene y otro en Ferrol.
Dentro de pocos días volverá a trabajar con sus compañeros de Alttion, de los que habla maravillas, porque la hicieron sentir como «como una más» desde el primer día. La firma colabora en este 2024 con Secretariado Gitano por primera vez. Y la gerente de zona, Iria Ponce, se muestra encantada con la experiencia: «El alumnado de este curso demostró que está muy motivado y tiene ganas de trabajar, algo que es muy difícil encontrar hoy en día». Alltion ya ha contratado a cuatro de los 12 asistentes al curso de la FSG y tiene el compromiso de contratar a otros cuatro.
Un programa en el que este año colaboraron trece empresas con prácticas laborales
Secretariado Gitano impartió este año nueve cursos (cinco grupales y cuatro individuales) a través de su programa de inserción laboral, con el objetivo de ofrecer formación en sectores como el comercio, la logística, la estética, la limpieza o el sector naval. Participaron un total de 47 personas, de las que en torno a un 40 % accedieron a un contrato de trabajo. Y la entidad contó para ello con la colaboración de trece empresas: Alcampo, Bricodepot, Gadis, Tiger, Tendam, Alttion, Nails Factory, Yvory Nails, Serenity Nails, Hotel Almirante, Carrefour, Construdecco y Galogística.