Preocupación entre los inquilinos de los pisos a subasta en Ares: «¿Qué será de nosotros?»
FERROL
La comercializadora de la Sareb aconseja a los interesados que tengan un asesor
11 ene 2025 . Actualizado a las 13:03 h.La salida de 58 pisos a subasta en un edificio en Ares ha supuesto un nuevo terremoto inmobiliario para la zona. Pertenecen a la Sareb, y su gestora de activos inmobiliarios ha recibido un aluvión de llamadas de interesados. Pero en algunos de ellos hay gente alquilada, que indican a este diario de manera anónima su preocupación: «¿Qué será de nosotros?». Los residentes indican que «hay familias que llevan incluso varios años». Y se quejan del mal estado de las zonas comunes, «con una piscina que lleva mucho tiempo sin mantenimiento, un parque infantil en abandono y problemas en los garajes». Hay pisos que están vacíos y otros que se encuentran en la cartera de una agencia de alquiler turístico para el verano.
También el Concello de Ares anda ojo avizor con la situación de estas viviendas en el inmueble de la avenida Federico García Expósito. Fuentes municipales recuerdan que ya en 2021 se encontraron con la situación de otro edificio con pisos de la Sareb que se alquilaban. El Concello consideró entonces la posibilidad de que la Sociedad de Gestión de Activos podría haber empleado una empresa pantalla y llevó el asunto a juzgados, «pero la Sareb no contestó al requerimiento judicial y el caso se archivó». Desde el Concello recomiendan a los posibles inquilinos que miren en el BOE para ver si su piso ha salido a subasta, y confirmar si aquí alquila directamente la Sareb o una empresa autorizada.
La comercializadora de la propia Sareb también aconseja en estos casos de subastas que los interesados en comprar tengan un asesor, para «averiguar si el piso en cuestión tiene cargas y cuáles son sus estados ocupacionales, comprobar si están alquilados».
Ya empiezan las pujas
Los apartamentos de alquiler turístico en este inmueble se alquilan a razón de cuatro noches por 300 euros en el mes de julio los de una habitación, o 420 los de dos. En esta subasta judicial por la vía de apremio, que finaliza el día 15 y que ya empieza a tener pujas tras varios días de silencio, no se permiten visitas a los pisos en cuestión. Y no consta el estado posesorio.
Según indican fuentes jurídicas consultadas, «un contrato de arrendamiento vincula al actual arrendador y al arrendatario, pero si lo coge otro propietario no está vinculado». Es el concepto de «venta quita renta», a no ser que se dé la circunstancia de situaciones vulnerables como la presencia de menores. Sin embargo, los inquilinos tienen un mecanismo para la vinculación. «Si el inquilino está preocupado por una posible venta puede ir al registro de la propiedad e inscribir el arrendamiento, así se respetarán sus derechos y el nuevo propietario no podrá echarlo porque sabe lo que compra; pero esto solo puede darse si el alquiler es legal y no por una empresa pantalla, es determinante la legitimidad del arrendador».
«Se asume un riesgo»
Desde Cisbar, comercializadora de este tipo de activos bancarios, Laura García indica que «siempre aconsejamos que en estos procesos judiciales los interesados se asesoren bien, que no es tan fácil como en otros pisos visitables, aquí se asume un riesgo». Recuerda que en el propio portal público de las subastas del BOE facilitan los datos del registro de la propiedad, para pedir una nota simple y comprobar las cargas. Si las cargas son posteriores a la ejecución hipotecaria se liberan, si son anteriores se asumen.
El edificio de Ares tiene 58 lotes procedentes de una ejecución hipotecaria, después de que la constructora con sede en Ferrol llegase a acumular una deuda que alcanza los 4,1 millones de euros. Se trata de una subasta judicial por la vía de apremio. A mayores, en el inmueble hay muchos otros pisos con sus respectivos propietarios a título individual. El Juzgado de Primera Instancia número 1 de Ferrol resolvió en el año 2021, en un proceso contra la entidad mercantil por reclamación de cantidades, la venta pública en subasta de las 58 fincas incluidas en la propiedad ejecutada (cada una en un lote separado).
Cuando las viviendas están en un proceso judicial y no son visitables, es más difícil comprobar la posible existencia de desperfectos. Desde Cisbar admiten que en estas situaciones «hay que ir asumiendo un riesgo, porque puede haber cargas de comunidad o del IBI». Pero en caso contrario, se ofrecen «precios muy atractivos» y tentadores para los que quieran un pisito cerca de la playa.
En la avenida Federico García Expósito, los interesados en pujar no necesitan partir de un precio mínimo pero sí que deben aportar depósitos que parten de 3.000 euros en función del inmueble.