La sentencia del TSXG recuerda que la incapacidad permanente absoluta se «configura como la que imposibilita por completo al trabajador para toda profesión u oficio, lo que supone la inhabilitación completa para todo trabajo, entendida como incompatible, por sus repercusiones funcionales, con el desempeño regular, eficaz, con rendimiento y sin riesgos añadidos de cualquier actividad laboral o productiva a la que el trabajador pueda tener acceso en el mercado de trabajo».
Y en el caso de este autónomo creen que puede emprender otra vida laboral que no sea la dependiente. En esencia, consideran que sufre dolor por acontecimientos como la muerte de su hermana enferma y un estado de vitalidad muy pobre. «Escasa motivación para el cambio, sigue sin ganas de nada, aunque últimamente está intentando retomar alguna afición como el fútbol», detallan los informes aportados en la apelación. La última revisión fue en febrero de hace dos años y recoge que el hombre está cada vez más ansioso: no duerme, le han vuelto las ideas de muerte aunque de momento contenidas y está la bajo supervisión constante de su hermano.