
El ecuatoriano conoció por La Voz la noticia de la enfermedad de Cecilia, anterior dueña del establecimiento, y el traspaso del local: «Era una oportunidad»
18 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana, y esa nueva oportunidad es la que supuso el cierre del bar sir Lincoln para Alejandro Calva (Quito, Ecuador, 1985). Desde que recaló en España en el año 2002 los fogones han sido su segunda casa. El ecuatoriano se formó de cero en cocinas de Madrid hasta ser segundo de abordo en la cocina del prestigioso restaurante Ten con Ten, del Grupo Paraguas. Trabajó en un puñado de restaurantes madrileños y ferrolanos y ahora se pondrá al frente de su primer negocio. Gracias a conocer hace un par de meses a través de La Voz de Galicia la historia de Cecilia, su enfermedad y cómo tenía que traspasar su bar. «No dudé en pasarme por allí a verlo desde fuera y coger el teléfono, llamé a Ceci y lo demás ya fluyó», explica Alejandro.

Calva se mudó a Ferrol en 2021 con su mujer, Ana Hidalgo, y su hijo recién nacido, tras vivir en la capital los peores momentos de la pandemia sanitaria del coronavirus. Entonces recordaron la tranquilidad de esa zona de la costa gallega, un entorno que la familia había conocido poco antes de vacaciones. Hoy, tres años después, con dos niños ya en casa —uno madrileño, Sebastian, y otro ferrolano, Stefano—, encaran la aventura de emprender. «Cuando lo leí en el periódico supe que era una oportunidad», reconoce.
El ponerse al frente de un bar no era algo improvisado para Alejandro. Desde que regresó del País Vasco hace dos años, donde pasó una etapa laboral fuera de Galicia, el cocinero había estado atento a posibles oportunidades. Alejandro ha pasado en Ferrol por los fogones del Club de Campo y del restaurante de la pensión Chips. El local que buscaba tenía que tener alma... y una buena cocina. «Vi algunos bares, pero en muchos la cocina no tenía la estructura. Yo soy cocinero, y eso es fundamental y el Lincoln me encajaba perfecto», explica.
Cocina abierta todo el día
Calva y su mujer han decidido mantener el nombre del local y la idea de ofrecer menú, pero introduciendo carta propia, cocina ininterrumpida hasta las 22.45 y una propuesta pensada también para quienes salen de clase de la universidad o del trabajo y no encuentran dónde comer a media tarde. «Es que desde las tres y pico ya no hay nada abierto en la zona. Solo hay el Eder, y mucha gente acaba yéndose al Burger King».
En cuanto a la oferta gastronómica, el nuevo Lincoln apostará por los clásicos gallegos que funcionan —tortilla, pulpo, raxo, zamburiñas...— y poco a poco irá incorporando sugerencias con guiños a la cocina ecuatoriana y peruana. «Vamos a ir haciendo pruebas. Queremos ir mezclando cosas nuestras y ver cómo las recibe la gente. No queremos meterlo todo de golpe, sino probar y adaptarnos», explica.
El cerdo será, seguro, un plato sugerencia. «Para nosotros, la carne siempre ha sido fundamental. En Ecuador, por ejemplo, el cerdo tiene un papel muy importante en nuestra comida. Lo preparamos de mil maneras, pero especialmente en la fritada, que es una de nuestras recetas más tradicionales», explica Alejandro.
Reapertura en junio
Si no surge ningún contratiempo administrativo, ya tienen fecha de reapertura, prevista el próximo 6 de junio.