El recuerdo de Otero Pedrayo, Risco y Ben-Cho-Shey revive los viejos caminos provinciales

FERROL

Los integrantes de Terras de Ortegal reivindican la legendaria peregrinación a Teixido de los tres históricos galeguistas
01 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Ha pasado ya casi un siglo desde que Ramón Otero Pedrayo, Vicente Risco y Xosé Ramón Fernández Oxea (Ben-Cho-Shey) peregrinaron, en los primeros días de julio de 1927, a San Andrés de Teixido. Una peregrinación que con el paso del tiempo fue adquiriendo un carácter poco menos que mítico en el seno de la cultura de Galicia, que además dio origen a Pelerinaxes (uno de los más hermosos libros de Otero Pedrayo), y que ahora, en pleno siglo XXI, ha despertado, casi se diría que inesperadamente, la recuperación de rutas poco menos que olvidadas. Caminos entre los que se encuentran los que unen la provincia de A Coruña, y más concretamente el extremo occidental de la Galicia do Norte, con tierras del interior, como las de Ourense, a través de la Chaira luguesa.

Caminos, en su inmensa mayoría hoy envueltos en el silencio, por los que transitaron, a lo largo de siglos y siglos —quién sabe si de milenios— gentes de las más diversas procedencias. Gentes que se dirigían al último lugar en el que, frente a la inmensidad del Atlántico, se veía marchar al sol.

Ahora, mientras se prepara para conmemorar el legendario viaje de Otero Pedrayo, de Risco y de Ben-Cho-Shey, la asociación Terras de Ortegal, que preside Manuel Bouzamayor Riola —gran amigo, por cierto, de Juan Benet, el autor de Volverás a Región, con quien colaboró durante años, profesionalmente, como ingeniero—, se ha encontrado con que la provincia coruñesa poseyó una extraordinaria red de viejas rutas, rutas de arrieros, caminantes y carreteros, que la segunda mitad del siglo XX ha sumido poco menos que el total olvido, y que quieren recuperar de nuevo.
Y al sur, la Torre de Hércules
Rutas entre las que están, también, el camino que, por el sur, viene a San Andrés desde San Nicolás de Neda —donde a su vez enlaza con el Camiño Inglés a Santiago y con el Camiño do Bispo, que desde allí va a Mondoñedo— y todos los caminos litorales que, bordeando el golfo ártabro (en denominación muy apreciada, también por el propio Otero Pedrayo), van hacia la Torre de Hércules.

Viejos caminos, efectivamente, en los que, como dice el profesor Ramón Sainero, «sigue estando muy presente la herencia celta, que nos hermana con los irlandeses». Los integrantes de Terras de Ortegal quieren recorrer esos caminos de nuevo. A pie, por supuesto. Y antes que cualquier otra ruta, la que trajo a Teixido a Otero, a Risco y a Ben-Cho-Shey. «Será unha dobre peregrinación —señala Bouzamayor Riola—. Ou, por dicilo doutro xeito, unha pelerinaxe, mantendo así o termo que utilizaba Otero Pedrayo. Trátase —explica— de facer un percorrido pola paisaxe galega, unha paisaxe interior de sempre abeirada e moitas veces esquecida, e ao mesmo tempo tamén unha viaxe polas palabras de Otero Pedrayo, nas que el saca a flote aquilo que os demais temos agochado tras unha néboa ateigada de simplicidade».

«O mestre Otero —dice Bouzamayor— esténdese no seu galego prenormativo, barroco a arrevesado, que é de agradecer, pois é preciso prestarlle maior atención á lectura, e fai que o lector fique abraiado ante a capacidade que Otero tiña para describir o que estaba a ver, as paisaxes que ía atopando».