Esta creadora ferrolana diseña todo tipo de muñecos y regalos personalizados a partir de materiales reciclados, como botellas de vino o botes de aceitunas vacíos
21 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Todos tenemos cosas por casa que podemos reutilizar para hacer algo diferente». Con esta filosofía, la ferrolana Verónica Castro aprovecha las pocas horas libres que le dejan el trabajo y el cuidado de su hijo, de seis años, en crear auténticas obras de arte (aunque ella no se quiera definir como artista). Tan solo con su creatividad, sus manos, tijeras, pegamento, aguja e hilo es capaza de fabricar una bruja de 60 centímetros «totalmente personalizada». Pero esas meigas por las que se hizo famosa cuando el Racing se jugaba el ascenso son solo un ejemplo de los muchos artículos de regalo que esta artesana puede hacer. ¿La base? Materiales reciclados, como botellas de vino o botes de aceituna.
«Esto empezó un día que llevaba mucho tiempo sin hacer nada; me eché una siesta, me desperté y, como soy forofa de las brujas, le dije a mi marido: ‘Voy a hacer una bruja’. Él me decía: ‘¿Pero estás loca? ¿Con unas botellas?’. Y así fue», relata Verónica sobre los inicios de una aventura que comenzó hace unos cuatro años. «Las primeras las hice siempre con el mismo formato, usando telas y haciendo las escobas con palos recogidos de donde voy a pasear: Doniños, Valdoviño, plaza de Sevilla....».
El éxito no tardó en llegar. Una vez colgó sus creaciones en plataformas como Vinted o Wallapop, empezó a recibir pedidos de toda la Península. «La primera semana que empecé a hacerlas vi que salieron 15 o 20 brujas, entonces me fui a la Xunta porque quería patentarlas. La chica que me atendió me dijo: ‘¿Y qué quieres patentar, una botella?’. Yo le dije: ‘Llámale como quieras, yo de esto hago unas brujas’», cuenta con humor. Desde ese momento, están patentadas. «Ninguna es igual, todas son diferentes; no uso máquinas, nada más que tijeras, tela y aguja», dice con orgullo. «Las tengo por Murcia, Sevilla, Madrid, Barcelona, Santander, Oviedo... Incluso en Berna, en Suiza».
Las brujas del Racing
Pero lo que de verdad la hizo famosa en la ciudad son sus brujas del Racing. Animada por sus amigos forofos del equipo local, un día comenzó a personalizarlas con manteles de color verde y blanco. «Tuvieron mucho éxito y un día, a través del colegio de mi hijo, se las entregamos al equipo. Una noche me llamó una amiga emocionada porque el Racing había colgado un vídeo donde se veían las brujas dentro del vestuario con las luces encendidas. Imagínate la emoción de ver eso en el vestuario del equipo de tu ciudad», cuenta con una ilusión que se puede leer en sus ojos. Casi tanta como cuando una de sus brujas llegó a uno de sus artistas favoritos: «Fui a verlo a un concierto en Pontevedra y pregunté cómo se las podía hacer llegar».
Sus creaciones futboleras empezaron a viajar para otros equipos: el Albacete, el Betis, el Sevilla, el Celta, el Deportivo.... «Siempre las hago respetando la primera equipación. El año pasado me inspiré en Chamorro: hice la bruja con la virgen al lado y el brujo con la caña de pescar, por la leyenda del pescador. Este año hice del sector naval: la bruja montada en el dique con la grúa de Navantia», relata.
Verónica se confiesa una enamorada de las brujas, pero realiza todo tipo de trabajos: muñecos de Harry Potter con cajas de cartón, gnomos y ciudades de Navidad con botes de zumo y latas de atún, regalos de boda en pinzas pintadas a mano, figuras de alambre, atrapasueños con conchas y salvamanteles, casitas del Ratón Pérez para guardar los dientes... «Todo lo que hago lleva luces porque la luz es vida y alegría», explica sobre sus creaciones, en las que «todo tiene un significado». «Trabajo sobre la marcha, miro la botella y empiezo a quitar telas y a pensar. Todo depende de la creatividad». Y en su caso, no tiene límites.