Tito Núñez, psiquiatra: «En esta sociedad cada vez más acelerada, los niños necesitan cariño pero también límites»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida ARES / LA VOZ

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El psiquiatra Tito Núñez imparte una charla en Ares.
El psiquiatra Tito Núñez imparte una charla en Ares. CESAR TOIMIL

El psiquiatra Tito Núñez imparte el viernes en Ares una charla sobre cómo cuidar de la salud mental en todas las edades

23 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En una sociedad que corre cada vez a mayor velocidad, crece la preocupación por la salud mental. Para abordar la importancia de ese cuidado, el psiquiatra Tito Núñez (Antonio Núñez Pérez) celebra una charla este viernes a las 19.00 horas en la Alianza Aresana. Organizada por el Concello dentro de la Academia AresXSalud, contará con el que fue jefe durante más de veinte años del Servizo de Psiquiatría del CHUF.

—En este encuentro, ¿abordará la evolución de la salud mental en las diferentes etapas de la vida?

—Sobre todo tras la pandemia, observamos un aumento de los problemas tanto en el área infanto juvenil, como en la mediana edad o los mayores. Hay unas enfermedades que se benefician de un tratamiento farmacológico, otras de un abordaje psicológico, y otras necesitan un tratamiento mixto. Aportaremos pautas preventivas según los grupos de edad.

—¿Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada y eso nos pasa factura?

—Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada, en la que disminuyen la comunicación y las redes de apoyo. Cada vez estamos más solos e individualizados, por eso es muy importante tener espacios de relación y encuentro (no depender solo del teléfono, aunque tampoco se trata de demonizarlo).

—¿Se observa un incremento de niños en las consultas del área de salud mental?

—Sí, hay un incremento significativo. Y la situación es justificable, porque con la pandemia parecía que los mayores responderían peor porque les afectaba más físicamente. Pero ellos al final resistieron mejor psíquicamente, mientras que los niños y adolescentes lo llevaron peor.

—¿Hay estrés en el trabajo y también estrés en los colegios?

—Hay una cada vez mayor aceleración, que no creo que esté siempre justificada. Y esas aceleraciones muchas veces llegan acompañadas de estrés, otras veces de apresuramiento que no es lo mismo. El estrés lo experimentas cuando las vivencias te van superando, fruto del imperativo social de quererlo todo para ahora. De una sociedad en la que lo tienes que resolver todo para ya, en la que hacer algo para hoy es incluso demasiado tarde.

—¿La tiranía de las redes sociales también nos afecta?

—Creo que sí, de una forma significativa. Nos afecta a la forma de organizar nuestro pensamiento, porque lo fragmenta. Limita nuestra capacidad asociativa, cómo simbolizamos, cómo vinculamos. Nos afecta a la concentración.

—¿Cómo se puede cuidar la salud mental desde pequeños?

—Con dos cuestiones fundamentales. Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada. Y para el bien de su salud mental, los niños necesitan amor y cariño. Pero también necesitan límites, un orden. Y ese orden no es una jerarquía ni una autoridad, sino tener una organización en casa, aprender unos límites. Además, leer es una indicación preventiva fundamental: los niños deben aprender a leer para interpretar la información que reciben.

—¿Entonces esa es la receta para los padres?

—Lo importante es que los niños sean queridos y tengan un orden. El cariño es algo que nos sale de manera natural, pero lo otro también es importante. A veces infantilizamos y engañamos a los hijos, les decimos que la vida es de una forma y después se dan con ella de bruces. Hay que decirles que la vida tiene muchas opciones, pero también muchas dificultades.

—¿Cada vez afecta más el síndrome de las madres quemadas?

—Puede ser porque tienen mucha sobrecarga sin estar suficientemente acompañadas, o por la dificultad de compatibilizar trabajo y crianza. De todos modos, yo estoy más especializado en adolescentes y no abordo tanto esa problemática. Pero está claro que hay una serie de presiones y exigencias sociales, también laborales, que explican el porqué del retraso de la edad de la maternidad.

—En el caso de los adolescentes, ¿ve una mayor incidencia del bullying o acoso escolar?

—El acoso escolar siempre se dio. A veces, los protocolos no se tienen en suficiente consideración. Si se despliegan acciones de comunicación y de intercambio suficientemente adaptativas, ese acoso no se favorece. Pero sí que se propicia cuando se dan situaciones relacionales y de conjunto en las que se establecen diferencias; cuando la comunicación no es clara; cuando el intercambio entre alumnos, profesores y padres presenta más dificultades. Debemos mostrar comunicación y sensibilidad para detectar cambios en los niños, y resolver los problemas con antelación.

—Para la salud mental, ¿al igual que los afectos son importantes el ejercicio y la alimentación?

—Todo está relacionado. Una actividad física adecuada nos ayuda desde un punto de vista mental. Sobre todo a edades más avanzadas. Cuando uno empieza a caer en depresión, es fundamental que realice una actividad física continuada como caminar.

—Ahora se ha normalizado pedir ayuda e ir al psicólogo.

—Para determinados problemas, sí. Pero para una enfermedad grave, como psicosis o esquizofrenia, hay muchas dificultades de integración. Sobre todo para las madres, que siguen siendo las cuidadoras, es muy complicado. Estas personas con enfermedades mentales graves, con menos de 60 años y sin autonomía, necesitaban unas residencias específicas.