Un incendio destruye naves de la antigua conservera La Purificación, en el centro de Cariño: «O que non caeu hai que tiralo»

A. F. C. CARIÑO / LA VOZ

CARIÑO

Cedido

Los GES de Ortigueira y Mugardos extinguieron el fuego, de madrugada, puesto que el parque del Consorcio Provincial de Bomberos de As Pontes estaba cerrado

04 nov 2024 . Actualizado a las 10:50 h.

Los dos efectivos de turno del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Ortigueira y los dos del GES de Mugardos trabajaron toda la madrugada para sofocar un incendio declarado sobre las 3.30 horas en el interior de las naves de una antigua conservera de Cariño, la de Manuel Abella, aunque es conocida como la fábrica de Antonio de Leopoldo, en referencia al marido de una de sus hijas. Se encuentra por la parte de atrás del supermercado Dia, en la calle del Profesor Horacio Fernández.

Los profesionales del GES de Ortigueira llevaban una hora trabajando en la extinción cuando lograron llegar sus compañeros de Mugardos, a quienes hubo que recurrir por encontrarse cerrado el parque del Consorcio Provincial de Bomberos con sede en As Pontes.

El incendio afectó a las últimas naves de la vieja conservera, que producía bajo la marca La Purificación, que se encontraban muy deterioradas. Ardieron las vigas de madera del tejado, que se vino abajo, y el fuego también dañó la estructura metálica, los muros o las columnas. «O que non caeu hai que tiralo», explica un testigo del suceso. «Son naves anexas, e empezou nunha das cabezas, duns 15 por 20 metros de superficie, o resto non», añade. Los miembros de los GES consiguieron que no se propagara al resto de naves de la fábrica ni a las edificaciones anexas (un supermercado, un almacén que utiliza el Concello y otras naves utilizadas como garaje de coches).

En el interior de las construcciones destruidas había un vehículo, que quedó calcinado, igual que los remolques de lanchas, las latas, las redes, los útiles de pesca o las herramientas que permanecían almacenadas allí. También había botellas de butano y de aire comprimido (para la práctica de submarinismo), que no explotaron, y algún extintor, que sí reventó. Las naves eran utilizadas como almacén y garaje (e incluso alguna parte fue usada como local de ensayo).

Al operativo se sumaron funcionarios de la Guardia Civil y operarios del Concello de Cariño. El 112, que recibió a avisos de varios vecinos, movilizó, además, una motobomba del distrito forestal de la zona. El incendio alteró a todo el vecindario y los alrededores se convirtieron en un hervidero de gente, en plena noche. El GES de Ortigueira permaneció en el lugar hasta esta mañana para asegurarse de que no había ningún riesgo. 

Manuel Abella fundó La Purificación en el año 1900

La Purificación fue una de las más de veinte conserveras de pescado que llegaron a funcionar en Cariño. Manuel Abella Toimil fundó esta fábrica a principios de 1900, «aínda que xa antes tiña unha de salgado, coma seu pai, José Abella Valcárcel», según cuenta la cariñesa Ana Docanto Bouzamayor en un artículo publicado en el número 10 de la revista Terras do Ortegal. Explica que Manuel Abella Domenech, hijo del fundador, fue quien heredó la conservera. Cuando falleció, en 1964, pasó a manos de sus hijas, Enedina y Elisa Abella Lago, «formando a sociedade Hijas de Manuel Abella Domenech, dirixida polo marido de Enedina, Antonio Yáñez Armada». El responsable de la planta era hijo de Leopoldo Yáñez Piñeiro, de Maruxiña. Señala, además, que tras la muerte de Yáñez Armada, en 1994, sus descendientes constituyeron la sociedad Conservas La Purificación, S. L., que administró su hijo Antonio Yáñez Abella.

Docanto recuerda que en aquella fábrica elaboraban, «entre outros peixes, chipiróns recheos». Manuel Abella Tuimil le había puesto el nombre de su mujer, Purificación Domenech. En 1995 cerró. En el artículo destaca «o gran pulo» que tuvo la industria de las conservas de pescado en Cariño a finales del siglo XIX y, en especial, a principios del siglo XX, «sendo moitas destas fábricas continuación das de salgado». En la actualidad, solo queda una conservera en funcionamiento, La Pureza, que precisamente este año celebra su centenario. Vicente Docanto Martínez, abuelo de Ana, la fundó en 1924.