La fiebre del desbroce se extiende por la comarca por miedo a las sanciones

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

CERDIDO

emilio moldes

Malestar entre los propietarios por los avisos que coloca la Xunta en los montes

15 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los avisos y el temor a posibles sanciones han provocado una auténtica fiebre de las labores de limpieza de montes en las comarcas de Ferrolterra, Ortegal y Eume. Este furor por el desbroce se traduce en la creciente demanda de trabajadores forestales. «Notámolo moito, a maioría é xente maior que non pode facelo e ten medo ás multas. Limpamos sobre todo arredor das vivendas [la franja de 50 metros]», apunta Luis Caamaño, que opera en el área de Cerdido y Valdoviño.

«Coas casas xa levamos unha temporada, agora estase empezando tamén coas estradas», abunda Rubén González, que se mueve por las tres comarcas. «O das casas non está mal, pero o das estradas e os ríos é unha barbaridade, son miles e miles de hectáreas e de toneladas de madeira», sostiene Ramón Reimunde, presidente de Promagal, la federación que agrupa a 25 colectivos de productores de madera del norte de A Coruña y Lugo.

Los propietarios afectados por la ley de prevención y defensa contra los incendios forestales, que establece la gestión de la biomasa vegetal y la retirada de eucaliptos, pinos y acacias, están muy molestos con la Xunta, no solo por las distancias y la superficie que les obliga a limpiar, sino por la forma en que se comunica. «A lo largo de la AC 862 [la vía Ferrol-San Cibrao], en Cerdido o en Ortigueira, han estado poniendo carteles [...]. No les vamos a hacer caso porque esa no es manera de notificarlo, vamos a tratarlo en una reunión de las asociaciones de productores y no descartamos crear un colectivo específico de perjudicados para pelear», indica Óscar Piñón, maderista, secretario de Promagal y presidente de Promaorti.

Como indican los avisos colocados en los árboles de fincas contiguas a la AC 862, hay que eliminar eucaliptos, pinos y acacias en una franja de diez metros, desde el límite del dominio público. Los damnificados hablan de «usurpación». «Intervienen en lo que no es suyo, hay fincas con 200 metros de frente, que, multiplicado por diez, da 2.000, y otros 2.000 por el otro lado; ahí hay bastante madera, este año le sacas un rendimiento, pero después no, y tienes que limpiarlo», critica Piñón. Proponen que la Xunta expropie, «como hizo Fenosa con el tendido eléctrico».