Los símbolos franquistas perviven en los callejeros y edificios de la zona

La Voz

FERROL CIUDAD

12 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La nueva Ley de Memoria Histórica que ultima el Parlamento español dará mucho trabajo a las corporaciones locales de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes. El artículo 15 del texto obligará a las administraciones a retirar de calles y edificios los símbolos franquistas que aún pervivan. La medida impondrá además el cambio de nombre de las calles con denominaciones de reminiscencias dictatoriales. En el caso de los emblemas colocados en propiedades privadas, la administración privará de subvenciones públicas a los titulares que mantengan los vestigios. La nueva legislación tendrá una repercusión importante en la zona, dónde el general Franco y Calvo Sotelo siguen teniendo una presencia importante. El municipio de Silleda ha sido el único que se ha adelantado a la ley. Nada más tomar las riendas, el nuevo gobierno local ha activado la maquinaria para eliminar todo vestigio franquista del espacio público con la ayuda de los colectivos del municipio. El monumento franquista a los caídos será retirado de la plaza de la iglesia y donado al Museo Militar de Ferrol. Las denominaciones de las calles José Antonio y General Franco serán sustituidas por otras elegidas entre cuatro opciones propuestas: Progreso, Perfecto Pereiro, Avenida de Compostela y Antón Alonso Ríos. En Bandeira, se rebautizarán la travesía de Bandeira y las rúas PPO e Iryda. En el caso de la primera habrá que dilucidar si la denominación de Rúa Xeral hace referencia o no al general Franco. Las opciones de cambio que se barajan son Xeral, Ramón de Valenzuela y Camiño de Compostela. Para la calle Iryda se proponen Trasdeza y Ramón de Valenzuela y, para la PPO, Rosalía de Castro y Rilo. Otro municipio en el que la nueva ley tendrá escasa incidencia será el de Forcarei, dónde apenas existe simbología fascista. El alcalde franquista Francisco Filgueiras da nombre a una calle, pero es un personaje que nunca participó en actos de represión y que está muy valorado por los vecinos por su aportación al progreso local. Además, en Soutelo, dónde no tienen calles ni Franco ni Primo de Rivera, sí hay una plaza de la Constitución que hace referencia a La Pepa . Vila de Cruces hace un año que completó la limpieza de placas y también está libre de emblemas franquistas. En cambio, en A Estrada, el franquismo pervive en las calles. Pese a los esfuerzos de la comisión de toponimia creada para revisar el callejero, continúan existiendo las calles Calvo Sotelo, Capitán Bernal, Waldo Álvarez Ínsua e Iryda y la plaza Martínez Anido. En abril del 2003 los expertos en toponimia aconsejaron renombrar estos espacios públicos y recuperar sus nombres prefranquistas. Sin embargo, el gobierno no tuvo prisa. En mayo del 2006, tras las presiones para ejecutar los cambios propuestos, el Concello aprobó el cambio de denominación de una docena de calles. En el paquete estaban la plaza Martínez Anido -que sería Praza do Mercado- y Capitán Bernal -integrada en la Avenida de América-. El resto de denominaciones polémicas se mantuvieron y los dos cambios de espacios con alusiones franquistas nunca llegaron a hacerse efectivos. En Lalín, el callejero se ha modificado a golpe de presión popular. La calle General Franco, José Antonio y la plaza Calvo Sotelo se han rebautizado como Rúa Principal, Monte Faro y Praza da Torre. La placa de la rúa Franco fue sustraída un Día de la República y se convirtió en motivo de disputa judicial y la de Calvo Sotelo permanece, aunque oculta por un cartel colocado durante la Algarabía que la identifica como Praza das Pipas. En Agolada tienen una calle Calvo Sotelo y una plaza Franco, aunque todo el mundo se refiere a ella como Praza do Concello. A mayores, muchas iglesias -como las de Cerdedo, Lalín o A Estrada- tienen placas a los caídos en el bando nacional y muchos lavaderos y fuentes rurales o «casas baratas» conservan el yugo y las flechas. A veces están erosionados y pasan casi desapercibidos, como en el caso del de la escalinata de entrada al consistorio de Lalín.