Escribo antes de... Porque quiero tratar el tema con la máxima cercanía a la movilización del domingo que, espero, llene la calle para reivindicar el tren que necesitamos y nos deben. Y, por fin, gracias al generoso trabajo de un grupo de ciudadanos que nunca se rinden, hay una inmensa mayoría —en Ferrol la unanimidad aburre— que ¡exige! un tren de hoy, indispensable económica y socialmente. Y esos miles de voces se harán una como himno de lucha compartida. No podemos, una vez más, ser los últimos en subirnos al tren (nunca mejor dicho). Recuerden el largo camino a la autopista. Por no hablar de la no reconversión. Ya vamos con retraso. Pero habrá que recuperar el tiempo perdido sin aceptar parches, que solo distraen. Conocemos la dificultad de las obras necesarias. Pero hay solución, si hay voluntad. Y el artículo 9.2 de la Constitución establece la obligación de los poderes públicos de remover los obstáculos que impidan o dificulten, a los individuos y a los grupos el ejercicio en plenitud de sus derechos. Y se trata del derecho a la igualdad. En este caso: un tren como el de nuestros vecinos. Y a la vicepresidenta, Yolanda Díaz, no le pido discursos y sí «un golpe» en la mesa del Consejo de Ministros o en la tecla de votar. Sería un merecido homenaje a sus compañeros del Partido Comunista/IU, con el querido y añorado Fernando Miramontes al frente. Porque ellos le fabricaron las alas. Pon tu cuota, Yolanda, ahora puedes, ¿ mañana? Porque ellos y muchos ferrolanos más, merecen de ti, al menos, el salario mínimo político en forma de entrega a esta causa. El tren lo necesitamos todos, incluso quienes viajan en un coche que... les prestamos.