Varan dos arroaces y dos lobos marinos en Mañón y Ortigueira en un solo día: «A mortandade de cetáceos aumentou moito»

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

MAÑÓN

El ejemplar vivo acabó arrastrado de nuevo por el mar, en O Coído, en el Porto de Bares
El ejemplar vivo acabó arrastrado de nuevo por el mar, en O Coído, en el Porto de Bares cedida

En 2023 aparecieron 750 ejemplares en distintos puntos de la costa gallega, frente a los 280 de media de años anteriores, según los datos del CeMMA

13 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El fuerte oleaje arrastró a varios cetáceos a tierra este fin de semana en la comarca de Ortegal. El sábado por la mañana aparecieron dos arroaces en O Coído, en el Porto de Bares (Mañón), uno muerto y otro vivo. Estos animales son el doble de grandes y cuatro veces más pesados que los delfines. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) mandó primero a Protección Civil y después a un equipo veterinario, que no logró llegar a tiempo y el ejemplar vivo ya se lo había llevado el mar. «Todo era moi difícil, non podiamos dispoñer de moitos medios de apoio e o temporal non axudaba», explicó el responsable del Cemma, Alfredo López.

Ese mismo día se encontró una cría de lobo marino (o foca) en la playa de Bares, cubierta por la arena, y también fue visto otro ejemplar de esta misma especie en el arenal de Morouzos, en Ortigueira, vivo. «O mal tempo, o que fai é botar fóra animais mortos ou débiles. Nestes casos aínda non puidemos examinalos, noutros sabemos que morreron no mar, en capturas accidentais de pesca ou por enfermidades, e chegan á praia porque os saca o mar», indica López. El biólogo constata el alto número de cetáceos que perecen en la costa gallega a lo largo del año: «Se a media é duns 280, en 2023 tivemos 750 (o ano que máis tiveramos foran 450), unha barbaridade».

Asegura que las muertes provocadas por capturas accidentales en redes de pesca son muchas más que las «naturais, incluíndo aquí as que podan ter relación coa contaminación e as consecuencias que ten no sistema inmunolóxico». En el caso de los delfines, señala que «a suba da temperatura pode provocar o abandono de zonas onde había alimento e xa non o hai, e que por iso veñan buscando comida». A mayor densidad de estos cetáceos mayor es la mortalidad, «porque a pesca é diaria, non para, e os golfiños que chegan por primeira vez aquí descoñecen as redes, as mareas... e arríscanse; chegan mortos de fame e buscan comida onde sexa».

Sobre los lobos marinos, comenta que «o normal é que aparezan cachorros de menos de tres meses (coma o de Bares), pero están varando exemplares grandes, non se sabe por que, antes non pasaba». Las crías huyen de las colonias «nas que hai miles de focas comendo» para dar con zonas donde poder alimentarse.