De Valencia a Estaca de Bares en una carreta tirada por dos mulas y una yegua: «He tardado cinco meses»
MAÑÓN

El valenciano Salvador Soriano, de 52 años, seguirá viaje hacia los Picos de Europa y espera volver a casa en noviembre
09 abr 2025 . Actualizado a las 10:10 h.Salvador Soriano, valenciano de 52 años, lleva cinco meses en la carretera, en una carreta de madera tirada por dos mulas, Polvorilla y Miel, y una yegua, Pepa. Salió del pueblo de Atzeneta d'Albaida el 9 de noviembre y esta mañana ha llegado a Estaca de Bares (Mañón), para pasar el resto del día y pernoctar en la antigua base americana.
En realidad, cuenta que vive en Los Lucas, un pueblo del municipio de Olba, en Teruel, y estos últimos días le acompaña un amigo, José, de Los Moyas, otro pequeño núcleo de Olba. Calcula que puede haber recorrido ya más de 1.500 kilómetros, en jornadas de unos 30 al día, «dependiendo del tipo de carretera».
«Intento llevar la maquinaria fresca», comenta en relación a Pepa, Polvorilla y Miel, «preocupado por el bienestar animal, porque estén bien comidas y descansadas». Elige el fin de cada jornada en función del pasto y el agua disponible para abrevar a las mulas y la yegua.
Salió de Valencia con el afán de conocer Cantabria y Asturias, y al final acabó entrando en Galicia, y mañana, justo el día que se cumplen cinco meses desde que inició esta aventura, regresará hacia la provincia de Lugo, con destino a Lourenzá, donde tiene conocidos. Después continuará rumbo a los Picos de Europa: «Estuve en invierno y quiero conocerlo en primavera».
Con suegros gallegos, ya ha cumplido uno de sus propósitos, alcanzar el punto más septentrional de la Península, Estaca de Bares. Su plan, ahora, es continuar por los Picos de Europa y parar en julio y agosto, «porque son meses más duros para los animales», ya sea en la cordillera Cantábrica o seguir y detenerse en los Pirineos. «Y cuando pasen los calores, volver... lo que me depare el destino», dice.

Salvador forma parte de un par de asociaciones de carreteros y no es la primera vez que se lanza a la carretera con su carreta, pero nunca había pasado tanto tiempo en tránsito. «Que por qué lo hago... me gusta pensar que con 52 años puedo valerme sin más que la carreta y los animales», explica.
Este hombre multiservicios, como se define, se costea la expedición con trabajos ocasionales, «de lo que surja, ganadería, albañilería, forestal, servicios...». Si en julio y agosto consigue «currete» y puede ahorrar, alargará la ruta hasta cumplir el año.
«Pasar cuatro meses y medio solo (las dos últimas semanas ha estado José) no es duro, vas conociendo gente, ganaderos, en centros hípicos o ecuestres, te ayudan. Hay buena gente en todos lados», agradece. Asegura que una de las mayores dificultades está siendo encontrar herrero para sus mulas y su yegua.