Moeche despide al fundador de la panadería Miguel, que hacía el reparto en un Land Rover

A. C. MOECHE / LA VOZ

MOECHE

Miguel Vilela junto a su mujer, Maruja (derecha), delante de la panadería, en una imagen de hace medio siglo. Con ellos están Herminia, del restaurante Delfino; Fina Gudín, expropietaria de O Pazo, en Cerdido; y dos niños de la panadería Os Novás, en Cerdido
Miguel Vilela junto a su mujer, Maruja (derecha), delante de la panadería, en una imagen de hace medio siglo. Con ellos están Herminia, del restaurante Delfino; Fina Gudín, expropietaria de O Pazo, en Cerdido; y dos niños de la panadería Os Novás, en Cerdido CEDIDA

«Era una persona con un don de gentes increíble y un carácter extraordinario», destaca su nieta María

11 ene 2024 . Actualizado a las 18:40 h.

Miguel Vilela Fernández, fundador de la panadería Miguel, en la parroquia de Abade, en Moeche, falleció a los 87 años. «Era una persona con un don de gentes increíble, con un carácter extraordinario, con mil anécdotas... Me quedo con eso, con una sonrisa. Siempre quería ayudar, siempre tenía una palabra...», cuenta María Méndez, su nieta y la tercera generación de la tahona, que desde 1980 regentan sus padres, ahora con su ayuda.

Miguel y su mujer, Maruja, fundaron el negocio familiar hace 62 años. «Vivió años difíciles, nació en 1936. Un día cogió el bus de Ferrol a A Coruña, donde hacía el servicio militar, y en el asiento de delante iba un chico contando que había empezado con una panadería, contando cómo se hacían las bizcochadas y cuánto le quedaba a fin de mes», relata su nieta. De vuelta a casa, en Vilariño (Moeche), donde se crio con tres tías solteras, les preguntó si le dejaban un terreno para montar una tahona.

Así nació la panadería Miguel, como explica María: «No eran tiempos fáciles para emprender. Mis abuelos no sabían nada de este sector. Él compró un Land Rover e iba a repartir por Moeche, en San Xurxo dejaba treinta bollos de tres kilos, algo que hoy ya no se hace porque las familias son más pequeñas y hay pan todos los días. Salía a repartir por la mañana y volvía por la tarde». Las empanadas son uno de los productos estrella de esta tahona (también se venden en la panadería Casanova, en Freixeiro, Narón).

Desde que se incorporó la segunda generación al establecimiento familiar, Miguel se dedicó a su gran afición, como destaca María, la compraventa de ganado: «Iba una vez a la semana a Torrelavega, con otros dos vecinos de Moeche, Blanco y Olegario, a comprar vacas, que traían para vender aquí».

El entierro se oficiará este viernes, a las 16.00 horas, en Abade, donde será enterrado. La salida del tanatorio San Lorenzo, en Ferrol, está prevista para las 15.30 horas.