
Empezará a funcionar el día 1 de diciembre con un máximo de diez usuarios y con los diez trabajadores
24 jun 2022 . Actualizado a las 17:33 h.La pandemia obligó a Iris Río López (Abadín, 31 años) a retrasar la apertura del centro de día Xestal, en la parroquia de San Fiz, en Monfero. Esta joven emprendedora tenía previsto poner en marcha el servicio en primavera, y lo ha aplazado hasta el 1 de diciembre. En lugar de cubrir las 40 plazas disponibles, comenzará con un máximo de diez usuarios, «e a partir de xaneiro, poderá ir entrando máis xente, segundo como evolucione o covid-19».
«Hai persoas maiores con problemas cognitivos moi severos e necesitan que abramos xa», subraya la promotora del centro, dirigido a vecinos de Monfero, Vilarmaior, Paderne o Irixoa. La vieja sala de baile O Pinar se ha convertido en una moderna instalación con mobiliario colorista, con sala común, comedor, cocina industrial, gimnasio, enfermería, sala de atención controlada, archivo, sala de reuniones, despacho, baños, lavandería y vestuarios para los trabajadores.
Contará desde el principio con todo el personal: trabajadora social, psicóloga, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, cocinero, dos auxiliares, dos limpiadoras y un conductor (para el furgón que utilizarán para el transporte de los mayores que lo demanden).
Inversión de 450.000 euros
«Queremos centrarnos nas persoas e nas súas familias, no ámbito no que viven», remarca la directora, que agradece la colaboración de las administraciones (Xunta, Diputación y concellos) y el apoyo de su familia, sin el que no sería posible afrontar una inversión de alrededor de 450.000 euros. De momento, de la subvención aprobada por Agader tan solo ha recibido 61.000 euros, un 50 %. «As obras complicáronse, no rural non hai servizos básicos, e tivemos que construír un depósito especial contraincendios e outro de auga potable, e unha fosa séptica», detalla.
Desde el martes, el centro estará abierto de 8.00 a 20.00 horas, de lunes a sábado, con la posibilidad de dar servicio los domingos si hay gente que lo requiera. «Temos diferentes opcións, xornada completa, oito horas, seis, catro, en función das necesidades de cada un», señala. El coste dependerá del tiempo de estancia.
La situación de los mayores
A esta auxiliar de geriatría, con experiencia en el sector, le preocupa «o deterioro que supuxo para moitos maiores a pandemia, afectoulles moitísimo ao non poder ver tanto aos fillos e netos». Entre las personas que ya se han interesado por el servicio «hainas que viven soas e outras que teñen familia na casa, pero que decide traelos aquí porque poden facer as súas terapias e os seus obradoiros, que axudan a frear o avance da enfermidade. E as familias necesitan un respiro».
El centro «é un búnker», con control automatizado de la entrada y la salida, como apunta Río López, que antepone «a seguridade dos usuarios», más en tiempos de coronavirus. «Quero que a xente estea a gusto e que nos vaiamos adaptando todos», recalca. Además del personal, a los usuarios los recibirá Pipo, «o loro artista que o repite todo». «Temos xardín, con horta ecolóxica, e queremos ofrecer terapias con animais», cuenta, volcada desde hace meses en el proyecto.