Fuego en las Fragas do Eume: «Se houbera vento coma o venres, non había quen o parara»

ANA F. CUBA MONFERO / LA VOZ

MONFERO

Los visitantes entraban y salían del monasterio de Caaveiro con normalidad, durante la jornada de ayer
Los visitantes entraban y salían del monasterio de Caaveiro con normalidad, durante la jornada de ayer CARLOS CARBALLEIRA

Vecinos y Concello de Monfero apuntan a las líneas eléctricas como origen de dos incendios casi simultáneos, el domingo; uno obligó a desalojar el parque natural

12 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Díaz iba conduciendo cuando un vecino le llamó para decirle que había fuego cerca de las casas de San Bartolomé, la aldea donde vive, en la parroquia de Queixeiro (Monfero). «Dei volta e vin para a casa, e xa enganchei a cisterna [al tractor], pero xa viñeran as motobombas e dixéronme que non a baleirara por se facía falta despois, e aí segue a auga», contaba ayer, en plena guardia de vigilancia de los montes. Díaz forma parte del equipo de voluntarios que patrullan Monfero y los alrededores para evitar que arda el monte y, si ocurre, como ocurrió el domingo, avisar de inmediato al 085 y atajarlos cuando antes.

El incendio declarado a las cinco de la tarde, a unos dos kilómetros en línea recta del monasterio de Caaveiro, el corazón de las Fragas do Eume, quedó estabilizado en pocas horas, a las 20.28, según precisó la Consellería de Medio Rural, tras arrasar unas cuatro hectáreas, casi todo eucaliptal y una estrecha franja de fraga. Pero ayer por la mañana hizo amago de reavivarse y el operativo, que aún permanecía en la zona para enfriar el terreno, se reforzó. Quedó en un susto.

Díaz se muestra prudente, pero duda que fuera intencionado. «Antes de empezar o lume foise a luz dúas ou tres veces, segundo dixeron os veciños (porque eu non estaba na casa). E por alí pasan tres liñas eléctricas, unha de 15.000 e outra de 32.000, que van para A Coruña, e unha de 4.000, para a zona de Monfero e Irixoa. No inverno quitaron un cable, supoñemos que para dar servizo á de catro mil, e alí quedou amarrado a uns eucaliptos, e alí segue. Para unha emerxencia, vale, pero non pode quedar así por meses», razona. «Téñense que facer responsables do estado das liñas», incide.

Algo parecido señala Alberto Cortizas, alcalde en funciones de Monfero, sobre el otro incendio, casi simultáneo, que se registró el domingo en Santa Xiá, fuera del parque natural y devoró algo más de una hectárea. «Parece que foi pola liña de media tensión, por falta de mantemento. Leva tempo batendo un cable cos eucaliptos, e entre o calor e o roce...», apunta el edil, que vio el humo desde casa.

La normalidad regresó ayer la taberna de Caaveiro, con una jornada de mucho movimiento
La normalidad regresó ayer la taberna de Caaveiro, con una jornada de mucho movimiento CARLOS CARBALLEIRA

Francisco Calaza, presidente del colectivo Fomento Forestal, salió al ver que se había ido la luz dos veces en unos segundos. «E xa vin que estaba ardendo, aínda que engana e era máis lonxe do que parecía, en Santa Xiá. Chamei ao 085 e cando cheguei alí xa estaba baixando do helicóptero un equipo de bombeiros; logo viñeron dous hidroavións e controlárono rápido. E logo souben do de San Bartolomé, pero alí os hidroavións non podían operar porque hai moitas liñas eléctricas, o helicóptero si; e os veciños fixeron moito traballo», explica.

En Queixeiro los trabajos resultaron más complejos, porque el fuego se propagó hacia un terreno de difícil acceso, por el desnivel y la pendiente. Además de agentes, brigadistas, motobombas y medios aéreos de la Xunta, acudió el personal de turno de los grupos de emerxencia supramunicipal (GES) de Ortigueira (regresaron a la base sobre las dos y media de la madrugada) y Mugardos (ayer volvieron cuando se reavivó, pero al final no tuvieron que intervenir).

Mientras unos combatían las llamas, sin apenas viento —«afortunadamente; se fora coma o venres non había quen o parara», subraya Manuel Díaz—, otros desalojaban el monasterio y la taberna de Caaveiro, y el parque natural. La Policía Local de Pontedeume valló el acceso al parque y se ocupó de avisar por megafonía a los cientos de personas que había en las Fragas do Eume para que salieran.

«Se hizo por precaución, aunque el viento (flojo) no iba en esa dirección, desde el centro de interpretación al monasterio, y el coto de pesca (tienen autorización para pasar en coche)», indicaron fuentes policiales. En algún caso recurrieron a Tráfico para identificar a los propietarios de los turismos y poder llamarles por teléfono, aunque hay áreas sin apenas cobertura, y el sistema de megafonía resultó ser el mejor aliado en esta ocasión. A las once de la noche solo quedaba un vehículo en la zona. Misión cumplida. Ayer por la mañana, al ver que la situación se había estabilizado, reabrieron el acceso. Y la actividad regresó al centro de interpretación, al monasterio y a la taberna.

Medio Rural aún no daba por controlado el incendio anoche, y el presidente de Fomento Forestal seguía preguntándose «como, coas Fragas do Eume aquí, se retirou o helicóptero que había en Queixeiro». Esta vez se solventó sin demasiadas consecuencias, «pero pode volver pasar». Tampoco comprende «como hai veciños que non colaboran na vixilancia do monte, aínda que sexa por egoísmo, porque se protexes o teu protexes o de todos».

Riesgo entre moderado y alto en la comarca, al menos hasta el jueves

Este martes, Monfero es el único concello de Eume, Ferrolterra y Ortegal con riesgo alto de incendio, según el índice que publica la Xunta. En el resto cae a moderado, salvo en Mañón, con peligro bajo. El lunes, la advertencia de riesgo elevado también afectaba a Ferrol, Neda, A Capela, Pontedeume, Cabanas, Ares, As Pontes y Monfero. La amenaza irá mitigándose a lo largo de la semana, aunque Ferrol, Narón, Fene, Ares, Cabanas y Pontedeume volverán a pintarse de amarillo (riesgo alto) el miércoles, alerta que también se extenderá el jueves a San Sadurniño, Moeche, Neda y Mugardos, y pasará a ser moderado en Mañón, igual que el resto de municipios de la comarca. Es un índice que toman como referencia, por ejemplo, los voluntarios de la asociación de productores forestales de Cedeira para vigilar el monte en el período estival.