Manuel Herbón, policía: «A los cursos de autodefensa para mujeres vienen desde chicas de 18 años hasta señoras de 92»

A. F. C. MUGARDOS / LA VOZ

MUGARDOS

El instructor, con el grupo de mujeres que asistieron a la sesión formativa del jueves en Mugardos
El instructor, con el grupo de mujeres que asistieron a la sesión formativa del jueves en Mugardos J. C. G.

Pertenece a la Federación Galega de Loita, que imparte la formación, y subraya que ante una posible agresión el objetivo siempre es «escapar»

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«No hay un perfil único. En los cursos de autodefensa para mujeres he tenido a chicas de 18 años, y la mayor, que estuvo con un compañero, tenía 92», explicaba el coruñés Manuel Herbón Arias el jueves, tras finalizar una sesión formativa en Mugardos. Este policía nacional pertenece a la Federación Galega de Loita, que colabora con la Xunta para impartir los cursos desde 2017.

«Desgraciadamente, no le puedo decir a una mujer de 80 años que está libre de que le ocurra algo, en un portal... o incluso una agresión sexual, que son más excepcionales en esas edades, pero también se producen», apunta Herbón Arias. Esta formación, solicitada por los concellos a la Secretaría Xeral da Igualdade, va dirigida a «todo el colectivo, sin que importe la aptitud física», y pretende enseñar «respuestas sencillas» para reaccionar ante una situación violenta. «Desde una persona que en un momento determinado, en principio, solo molestan, un pesado... a delitos de violencia de género», indica.

Las clases comienzan con una charla, que incide en una idea: «La prevención es fundamental. Hay que aplicar todos los sentidos para intentar detectar y evitar el problema. La mejor defensa personal es la distancia, mejor a cinco metros que a veinte centímetros». Si una mujer camina por la noche por una zona con poca luz, recomienda «estar alerta, estar más atenta... si no puede evitar ir por ahí». Admite que esto resta libertad «y es injusto, pero es una realidad».

Herbón Arias, que coordina los cursos de la Federación Galega de Loita, insiste en que no enseñan a pelear, «sino a responder de forma sencilla, con un objetivo, escapar, y después acudir a la policía, el juzgado, los servicios médicos... y denunciar». Dan pautas, como golpes fáciles de propinar y certeros, que incapaciten momentáneamente al agresor. Entre las alumnas siempre hay alguna mujer que ya ha sufrido algún tipo de violencia.