Francisco Sanesteban, con un ictus cerebral y un infarto a sus espaldas, mantiene una existencia plenamente activa, que ahora afianza al hacer el Camino Inglés
21 sep 2016 . Actualizado a las 11:32 h.En 1999 sufrió un ictus cerebral que le afectó la movilidad del lado derecho; en el 2011 volvió al hospital a causa de un infarto y le colocaron tres stents en el corazón. Ahora, con 74 años, Francisco Sanesteban Veiga asegura encontrarse «estupendamente», gracias a seguir los tratamientos que le pautaron los médicos y a llevar una existencia plenamente activa.
Para este naronés residente en O Val «a vida hai que vivila sempre con esperanza, sen arruinar a existencia», porque, «por moi mal que estés, sempre haberá outro que esté peor».
A pesar de que nunca fumó ni bebió, y tampoco tuvo problemas de obesidad, la salud le jugó varias malas pasadas, pero su máxima fue siempre «sentirme útil e valorar o tempo que se vive, sen estar nunca parado». De hecho, su vida laboral y ahora la de jubilado la complementó siempre con actividades en el ámbito social. Así, fue socio fundador de la Asociación de Padres de Alumnos del colegio Jorge Juan de Xuvia y concejal de Narón, además de colaborar en diferentes entidades como la rondalla Lucero del Alba, A Pombiña de Pedroso, el Círculo Mercantil e Industrial de Xuvia, la asociación de vecinos de O Val, el Oenach Céltico de Sedes, el grupo folk Os Amigos y ahora en Amicor (Amigos del Corazón). Además, es miembro de Solidaridade Galega có Pobo Saharaui y acogedor de niños e incluso viajó a los campamentos de Tinduf.
La trayectoria profesional de Francisco Sanesteban estuvo ligada a Astano. Durante cerca de 30 años fue técnico de organización y planificación del trabajo en el astillero de Perlío. En 1985 se fue prejubilado y se marchó a Italia para realizar un curso de la mano de la prometida fábrica de vidrio de Fene, Veneciana Vetro, que nunca llegó a cuajar. Volvió a entrar en Astano en 1990 y cuatro años después tuvo su segunda prejubilación.
Ahora está muy implicado con el proyecto de Amicor, al que se incorporó en el 2013, animado por una socia con la que coincidió en un curso de poda.
Francisco Sanesteban está plenamente implicado en el grupo, integrado por 73 socios y que está comandado por el médico del Centro de Saúde de Narón Carlos Piñeiro. Las actividades de la entidad están orientadas a conseguir una vida óptima, con propuestas que favorezcan la recuperación dentro de las patologías de cada uno. Caminar sin forzar y sin agotarse es la actividad más beneficiosa. Y los miembros de Amicor lo hacen. De hecho participan en un taller cardiovascular que tiene como punto de referencia el estadio de fútbol de A Malata, para lo que cuentan con la oportuna autorización.
Los lunes, miércoles y viernes, un grupo en el que predominan las mujeres realizan recorridos por la grada superior del estadio, de 500 metros de longitud. Cada uno da las vueltas que buenamente puede y no todos tienen patologías de corazón, sino que también se suman personas con problemas de colesterol u obesidad.
Francisco Sanesteban comenzó dando tres vueltas diarias, luego pasó a cinco y en la temporada pasada tuvo alguna jornada de once, que representan cinco kilómetros y medio. El estadio de A Malata es la localización más adecuada que pudieron encontrar, porque tienen la posibilidad de utilizarla incluso los días de lluvia o temporal.
Estas caminatas semanales les han permitido a los miembros de Amicor dar un paso más y atreverse a realizar el Camino Inglés de peregrinación a Santiago de Compostela.
Lo están haciendo por etapas los fines de semana. «Nunca pensei facer o camiño andando», manifiesta Francisco Sanestaban, que se muestra satisfecho de su lucha por conseguir este reto y «agradecido aos compañeiros que esperan por min cando me retraso nalguns tramos empinados».