Equipo Laura, en Narón, forma a docentes, familias y empresas

NARÓN

CESAR TOIMIL

El centro fundado en 2018 por una maestra en excedencia aspira a lograr un cambio social y defiende «un liderazgo distinto» en las organizaciones

14 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Laura Adela Fernández Blanco, ferrolana de 48 años, lleva un cuarto de siglo dedicada a la docencia. Durante años, compaginó el trabajo de maestra en colegios públicos con la preparación de oposiciones, la formación a docentes (en Galicia y fuera) y la participación en proyectos de innovación. En el 2018, ante la carga de trabajo y el nivel de exigencia, decidió pedir una excedencia para crear Equipo Laura, en Narón (desde septiembre cuenta con una delegación en Alicante), una sociedad que hoy tiene una plantilla de veinte personas.

Su filosofía podría resumirse así: «Los niños y niñas, la escuela y el mundo necesitan una mirada diferente, respetuosa, alentadora, enfocada en fortalezas, que entienda el error como oportunidad, que contribuya a la salud mental, que fomente la contribución, la pertenencia y la inclusión». Aspira así a un cambio social. En el área educativa, Equipo Laura imparte formación a docentes, pero está especializado en la preparación de oposiciones de Infantil y Primaria.

Ofrece aprendizaje cooperativo —«justos somos más fuertes»—; metodología basada en evidencias —«psicología cognitiva, neurociencia, disciplina positiva, feedback permanente, planificación y objetivos, hábitos, oratoria, productividad, estrategia y autoevaluación»—; formación complementaria —«talleres o charlas de nuestro profesorado y profesionales externos»—; personas dedicadas y entregadas —«el capital humano es lo más importante»— y grupos reducidos —«permite personalizar la enseñanza»—. 

La responsable del equipo incide en que su éxito no se mide por el porcentaje de aprobados (muy elevado), sino en lograr el empoderamiento del alumnado: «Utilizamos instrumentos de evaluación anónimos durante el curso y yo me quedo conforme si todas, antes del examen, miran atrás y piensan: ‘Estoy preparada, soy merecedora, el camino ha valido la pena, no solo soy mejor maestra sino mejor persona, he aprendido a ver el mundo con amor, sé que en algún momento el objetivo va a llegar y tengo claro que mi vida no va a depender únicamente del resultado. Un mal resultado es un intento fallido'. Me quedo con el altísimo grado de fidelización que tenemos... lo importante es el camino».

La Escuela de Familias, que impulsó de la mano de Isabel Fraguela, es otra de las patas del proyecto, con formaciones presenciales para grupos reducidos. «Son talleres prácticos (de cuatro horas, intensos y divertidos) en los que invitamos a papás y mamás a que reflexionen y aprendan el impacto de nuestras acciones y nuestra manera de educar en la salud mental de nuestros hijos. Queremos darles habilidades de vida, para que sean conscientes de que un enfoque demasiado autoritario o demasiado permisivo puede generar huellas emocionales brutales», desgrana. Así, pretende trasladar a la familia la mirada que aplica en el aula: «Hay que educar desde el respeto, poniendo el foco en el niño. De poco vale si en la escuela es así pero no va acompañado en casa».

El otro pilar, el de las organizaciones, es el más reciente. «Creo que es la parte que va a tener un impacto mayor en la transformación y el cambio social», vaticina. Hay dos vías: una dirigida a autónomos y pequeñas empresas, y otra para equipos de más de diez personas. «Una vez analizado cada caso, creamos un plan de acción, acompañando a la empresa con formaciones prácticas vivenciales, y haciendo un seguimiento, porque si queremos generar un cambio no basta con una formación aislada».

«Respecto a los grandes equipos —agrega—, queremos convertirnos en el departamento externo de desarrollo de personas, trabajando con los líderes, poniendo el foco en que entiendan que se puede liderar de forma distinta. Si tenemos un equipo comprometido y feliz, que siente que pertenece y contribuye, va a tener un impacto brutal en los resultados empresariales».