Adela Rey Álvarez, farmacéutica en Ortigueira: «La acogida está siendo muy buena y el equipo es maravilloso»

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

De izquierda a derecha, María Luisa, Ana, Margaret y Adela, en la farmacia
De izquierda a derecha, María Luisa, Ana, Margaret y Adela, en la farmacia I. F.

Nació en Valdeorras, parte de sus raíces están en Viveiro y lleva meses de titular de la botica fundada a finales de los 80 por Agustín Pía

19 oct 2025 . Actualizado a las 16:22 h.

Adela Rey Álvarez (A Rúa, 1992) lleva poco más de cuatro meses de titular de la farmacia que fundó Agustín Pía a finales de los años 80 en Ortigueira. Es su primera experiencia al frente de una botica y se declara «feliz». «La acogida está siendo muy buena y el equipo es maravilloso», repite a lo largo de la conversación. Sus raíces paternas están en Viveiro, donde vive con su pareja, que es de Valdeorras igual que ella y farmacéutico en Burela. Para ella ha tenido algo de viaje de ida y vuelta: «Mi familia de Viveiro alucinó, allí están mis tíos y mis primos... mi abuelo les hizo prometer que siempre íbamos a estar muy unidos, aunque lejos, y así ha sido».

Su padre es médico y su madre, técnico de Rayos, y trabajan en el mismo servicio del mismo hospital. «La historia se repite, en casa comentas cómo ha ido el día, contrastas opiniones, nos ayudamos y eso es muy bueno. Hay quien me pregunta cómo aguantan mis padres trabajando juntos 40 años [risas]», cuenta esta joven boticaria, que antes de Farmacia estudió Enfermería y ejerció. Pasó 13 años en Madrid y después se incorporó, en prácticas, en una farmacia de A Coruña. Allí se quedó tres años, hasta que en enero se mudó a Viveiro para cubrir una baja en una botica de Burela.

Por medio surgió la oportunidad de comprar la farmacia que hoy lleva su nombre y que había atravesado varios años difíciles, con problemas de gestión. «En Ortigueira no conocía nada de nada. El 5 de junio fue el primer día, y no venía nadie, estaba vacía... Pero la gente, al ver que seguían ‘las chicas de siempre’ y al verlas de nuevo de buen humor... la acogida fue buenísima. Ellas tiran de la farmacia», elogia. Son Margaret Freire Mera, Marga, que lleva 35 años trabajando en esta botica; María Luisa Pereira Pía, también farmacéutica, sobrina del fundador y ligada a esta oficina desde hace 24 años; y Ana Polo Sánchez, que forma parte de la plantilla desde hace ya tres lustros.

Rey Álvarez destaca la experiencia de Pereira Pía en formulaciones magistrales y explica que están arreglando el laboratorio para poder reabrirlo y ofrecer este servicio, no solo a sus clientes sino también a otras farmacias de la comarca o incluso de A Mariña. «Vamos a recuperarlo, no hay ningún laboratorio hasta Ferrol o Lugo y viene muy bien para atender las necesidades de la zona. Será bueno para todos», sostiene.

Al llegar le sorprendió lo bien equipada que estaba la farmacia, que dispone de un robot Super Speed Light, un sistema de recepción, carga, almacenamiento y dispensación automática, que facilita el trabajo: «Es raro que exista esto en el rural». Es la más joven del equipo, «a nena», como le llaman algunos clientes, y dice que la experiencia como titular «está siendo maravillosa». «Nuestro protocolo de trabajo es el de una farmacia muy cercana, de trato humano, que está para ayudar y facilitarlo todo (en la medida de lo posible), queremos que vuelva a ser la farmacia de siempre, después de cinco años complicados, que justo coincidieron con la pandemia», subraya.

A diferencia de lo que ocurre en una ciudad, en un lugar más pequeño, «conoces a la clientela y acabas sabiendo sus necesidades, aparte de que les coges cariño... muchas veces es el primer punto sanitario al que acuden, aunque luego tengas que derivarlos al centro de salud. Este es un municipio con muchas parroquias y hay gente que viene en coche o en taxi desde aldeas alejadas».

Los pastilleros

Los jueves, cuando se celebra el mercado semanal, «se nota mucho, porque la gente aprovecha para venir a hacer recados y a la farmacia». Muchos son mayores y les preparan los pastilleros (SPD, sistema personalizado de dosificación) para una semana o dos, además de explicarles cómo tomar cada medicamento para evitar complicaciones. «Les pido que traigan el blíster de vuelta para comprobar si lo han hecho correctamente», comenta.

Un de las apuestas de esta botica —que abre de 9 a 20.30 horas, de lunes a sábado (y los festivos), y hasta las 21 en verano— es la dermocosmética: «En Ortigueira no hay droguería y estamos potenciando esta faceta, nos estamos formando para especializarnos, damos consejos a gente con problemas de piel y ofrecemos productos de distintas marcas». También le están dando un impulso a las redes sociales (Instagram y Facebook), donde manejan un curioso eslogan: «Somos las de siempre». Es una manera de transmitir confianza a los vecinos.

Rey Álvarez reconoce que siente «el miedo de cómo irá, la incertidumbre del comienzo, pero con un equipo así y las ganas que tienen...». «Tenemos todas mucha ilusión en que las cosas vayan bien. Yo soy feliz con mi trabajo —enfatiza—, y esa es la filosofía de todo equipo: cercanía, consejo, profesionalidad, escuchar a la gente el tiempo que haga falta... me encanta el trato con las personas, es vocación total, de ayudar, de farmacia comunitaria y rural. Es un proyecto de vida».

El primer festival

Cuenta que en julio, en pleno Festival de Ortigueira, y después de 15 noches seguidas de guardia —«nada más empezar... fue un subidón»—, ni siquiera se enteró de la entrada de los gaiteiros de la Banda de Celanova, de lo profundamente que dormía en la parte de atrás (hay algún vídeo de la actuación circulando en redes sociales). «Fue una experiencia muy gratificante la del festival», señala. Y se brinda a echar una mano a asociaciones (en alguna ya se ha dado de alta) y comisiones de fiestas: «Me gusta colaborar [...], y estoy muy agradecida a toda la gente de aquí».

En el tiempo libre, ejerce de embajadora de la zona entre su propia familia y entre sus amistades de la comarca de Valdeorras, que desconocían el litoral norte de A Coruña y Lugo: «He recibido muchas visitas, a todos les gusta muchísimo la zona, sobre todo en verano, por las playas, las rutas de senderismo, la gastronomía... todos quieren repetir».