Alojarse en junio en Valdoviño ya cuesta hasta 580 euros la noche: «Algunos profesores no encuentran donde quedarse el próximo curso»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida VALDOVIÑO / LA VOZ

VALDOVIÑO

Paseo en Valdoviño junto al lago de A Frouxeira, donde también hay viviendas turísticas.
Paseo en Valdoviño junto al lago de A Frouxeira, donde también hay viviendas turísticas. JOSE PARDO

Se disparan los precios de las viviendas turísticas, con julio y agosto casi agotados; por el impacto del cambio climático

31 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Como el oro se cotiza Valdoviño, según avanzan los veranos. Los alojamientos para julio y agosto se agotan a la velocidad del rayo. Y para el mes de junio ya hay algún chalé que ofrece la noche a más de 500 euros. Así ocurre con una villa con piscina ubicada junto a la playa de Pantín, a 580 euros la noche. En el entorno de la playa de A Frouxeira, hay adosados con piscina a más de 400 euros la noche en junio. Y junto al lago, otro chalé sí que está disponible algunos días en agosto por 2.000 euros la semana. El que quisiera reservarlo todo el mes se gastaría 8.000 euros pero ya es imposible, porque tiene casi todo ocupado. Ante semejante fenómeno, el alcalde de Valdoviño admite que todo tiene sus pros y sus contras. «Celebramos este tirón turístico, pero esto también genera una reducción de la vivienda habitual para los que quieran alquilar el resto del año», indica Alberto González. Por ejemplo, «algunos profesores no encuentran donde quedarse el próximo curso».

Valdoviño es así el municipio más cotizado de la zona para este verano, en plataformas como Airbnb. Pero en otros puntos de la comarca también hay alojamientos de lujo con precios no aptos para todos los bolsillos. En Doniños, un chalé de lujo se ofrece a más de 500 euros la noche pero el resto de Ferrol tiene tarifas más económicas. En Ares hay casonas con piscina a más de 300 euros la noche en pleno mes de junio (al igual que Cabanas), cuando aún no es la temporada alta, y en Mugardos a más de 200 euros.

El alcalde, Alberto González, explica los motivos del furor valdoviñés: «Valdoviño tiene cada vez más tirón turístico y no solo se ve en los precios sino también en la oferta, por la decisión de muchos propietarios y emprendedores de dedicar viviendas y establecimientos a alojamientos turísticos». Esta localidad de olas y gran abanico hostelero (bares y restaurantes) atrae «por su capacidad paisajística, el espacio de las playas, el interés cultural». Y a todo eso se añade «la tendencia consolidada de que turistas sobre todo de la España interior que antes se movían por el sur ahora vienen al norte debido al cambio climático».

Ante la Pena Percebelleira o sobre la playita de O Baleo, o incluso en parroquias interiores, buscan «un clima más agradable, la naturaleza y el importante papel de nuestra gastronomía... y como había poca oferta hotelera, se incrementaron los precios».

Casas en Narón a 200 euros

Como la espuma en una copa de champán también suben las tarifas en otros municipios tradicionalmente menos turísticos. Una buena casa con piscina en el interior de Narón cuesta más de 200 euros la noche en junio. En julio y agosto está totalmente ocupada, menos los últimos días de agosto que se cotizan a 280 euros por noche en este alojamiento.

En Idealista, los alquileres son semanales o mensuales: en Valdoviño se ofrecen bajos de viviendas a 2.000 euros la quincena ya en julio o agosto, en la parroquia de Pantín quedan alojamientos por 1.300 euros durante menos de una semana. Y en Ferrol, ya en esa temporada alta se ofrecen casas por 4.000 euros al mes en Idealista. En Ares, muchas de las viviendas turísticas ya están agotadas en julio y agosto.

Recuerda el alcalde de Valdoviño que «nuestro municipio siempre fue un lugar de acogimiento turístico desde los años 60, cuando mucha gente de la comarca buscaba aquí espacios de alquiler para el verano». Se desató el bum de la construcción de segundas viviendas, «que en muchos casos a partir de la segunda o tercera generación de compra se transformaron en viviendas turísticas».

Pero también todo esto «genera muchos riesgos como la reducción de la oferta de alquiler habitual durante el resto del año».

Valdoviño, cada vez más cotizado.
Valdoviño, cada vez más cotizado. JOSE PARDO

Los riesgos derivados de este fenómeno

Valdoviño ejerce así de imán turístico, pero con semejante furor también existe el riesgo de morir de éxito. El alcalde, Alberto González, expone el caso de que «aquí hay incluso docentes destinados para el próximo curso a este colegio que ya no encuentran un lugar donde vivir, hay menos capacidad de acoger personas durante el resto del año y eso genera un problema».

Además, el Concello tiene que reforzar sus servicios durante el verano. «Un uso turístico genera mayor actividad y uso de servicios que el residencial, porque las personas de vacaciones tienen un mayor consumo de agua y en verano hay un mayor uso de la depuradora, o un mayor tonelaje de residuos». Ese incremento de los servicios no solo se da en torno a las viviendas sino también «en zonas de autocaravanas que funcionan como nuevos núcleos de población», aquí hay un aumento considerable de trabajos como la limpieza o recogida de basuras.

El bum del autocaravanismo

El auge vacacional de Valdoviño cobró aún mayor fuerza tras la pandemia, «pero sobre todo a partir de modificaciones legislativas en el uso de la vivienda turística y en el autocaravanismo».

Admite el regidor que «celebramos el tirón pero un concello sobre todo tiene que crear infraestructuras para la gente que vive aquí, afortunadamente esta actividad económica repercute en varios sectores pero hay que ser cautos». Sobre todo este concello aspira a mantener el importante incremento poblacional de los últimos tiempos: «De hecho, somos el cuarto municipio de la mancomunidad, por detrás de Ferrol, Narón y Fene».