Moncho Fernández, entrenador del Obradoiro Blusens Monbus, destacó al final del encuentro que su equipo logró el triunfo «en una pista en donde solo habían ganado Unicaja y Real Madrid». El técnico, muy satisfecho por la victoria ante el Lucentum, explicó que el desarrollo del choque estuvo marcado «por el gran trabajo defensivo de los dos equipos durante los cuarenta minutos y por la irregularidad ofensiva, también durante todo el partido».
Para Moncho Fernández se vio en el Centro de Tecnificación de Alicante un encuentro «que fue a trompicones» y a lo largo del choque sintió que el final podría ser de infarto. El santiagués recalcó que «estaba claro que se podía decidir en un cara o cruz, como así fue. Por suerte, salió cara para nosotros».
Además, el entrenador obradoirista no quiso entrar a valorar en profundidad la jugada decisiva del partido, es decir, la falta personal que los árbitros le señalaron a Llompart sobre Levon Kendall: «Desde donde estoy poco se puede apreciar. Mi jugador me dice que fue falta, pero yo la verdad es que no lo puedo ver muy bien».
Irregularidad
También hizo hincapié en la irregularidad por la que transcurrió el choque: «El Alicante hizo un gran trabajo defensivo, pero nosotros también fallamos, como ellos, muchas acciones cómodas. El porcentaje final de triples no fue tampoco para tirar cohetes. Además, en los tiros libres también estuvimos fatal, pero es un mal que nos está acompañando durante toda esta temporada».
El técnico del conjunto gallego sentenció en su comparecencia ante los medios de comunicación que «el nivel defensivo» fue lo que salvó al Obra.