La trayectoria de Pose se ha caracterizado por una rara habilidad para granjearse furibundos detractores entre sus antiguos aliados
18 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Ahora que su mandato al frente de la estructura provincial del partido entra en su recta final, Modesto Pose se enfrenta a una tarea siempre complicada; la preparación de un legado, más que de un relevo, en la secretaría del PSOE en Pontevedra desde la perspectiva de quien se aleja de un cargo manteniendo una importante capacidad de influencia, que probablemente le hubiese permitido optar a la reelección con ciertas garantías. En su caso, semejante labor se avecina especialmente delicada. Le conviene elegir con cuidado a quién respaldar, por cuanto a lo largo de los últimos años buena parte de sus aliados se han convertido -a veces han bastado para ello un par de meses- en fieros detractores. El alcalde de Catoira, Alberto García, que no es precisamente un converso reciente, sino uno de sus adversarios de antiguo, lo expresó esta semana con una claridad que es marca de la casa: «Os inimigos de hoxe son os amigos de onte».
Son múltiples los ejemplos de esta especie de síndrome de Estocolmo inverso, en ocasiones con resultados de lo más paradójico. Sin salir de Vilagarcía, el grupo de Mari Carmen Prieto constituyó durante años una plataforma de respaldo sin fisuras a la que con el tiempo se unió el vilanovés Rodrigo Santiago. Santiago, conocido popularmente como Coco, fue, además de diputado en Pontevedra durante dos mandatos, el último de los responsables del PSOE en O Salnés antes de la reforma que demolió las ejecutivas comarcales del partido para dotarlo, en su lugar, de una estructura provincial fuerte. Su ruptura con Pose se inició en las municipales del 2007 y culminó con aquel proceso reestructurador.
Las fechas coinciden, a grandes rasgos, con el desencuentro con Prieto y su gente, que ha desembocado en la capital arousana un mapa de alianzas internas que poco antes hubiese sido impensable. Así, su confluencia con la corriente crítica que lidera el exalcalde, Javier Gago, acaba de situar a Ramón Reirís en la nueva ejecutiva gallega del PSdeG y prepara una candidatura alternativa, en sintonía con el equipo de Pachi Vázquez, para el próximo congreso local.
La coordinación comarcal
La espiral no se detuvo ahí. El portavoz municipal de Cambados, Rafael Blanco, elegido coordinador comarcal en noviembre del 2009 bajo el nuevo esquema, en sustitución de Rodrigo Santiago, milita ahora, con quien paradójicamente contribuyó a defenestrar, entre quienes se oponen frontalmente a Pose. Al igual que Domingo Tabuyo, secretario xeral también en Cambados y diputado durante dos legislaturas en el Congreso, cuyo tercer puesto en la candidatura del 20-N por Pontevedra pasó a ocupar el alcalde de A Illa, Manuel Vázquez.
A su vez, José Antonio Cacabelos, que ni siquiera militaba en el PSOE cuando Pose Mesura lo fue a buscar para convertirse en candidato a la alcaldía de O Grove en el 2007, habla ahora con el aplomo de uno de sus fundadores. Es así como, poco a poco, cinco de las diez agrupaciones de la comarca se han ido sumando a un movimiento crítico creciente, que el círculo del secretario xeral del PSdeG ha sabido alimentar, atrayendo hacia sus tesis a buena parte de la ejecutiva provincial de la que en su día se rodeó Pose.
El problema de este tipo de fenómenos, centrados en la reacción contra alguien, es la dificultad que entraña otorgar coherencia a unos mimbres cuyo principal territorio común es su discrepancia con el blanco de sus críticas. No es que no existan motivos para cuestionar la gestión de Pose, al igual que la del resto de los dirigentes en cuyos territorios ha consumado el PSOE su gran batacazo. Pero la confluencia de concepciones y criterios políticos tan diferentes, en ocasiones contrapuestos, resulta tan compleja que, sin algo más, se arriesga a generar escenarios cuanto menos tan inestables como los que se propone combatir. Un ejemplo. La satisfacción por el triunfo labrado en Santiago bien puede tornarse en tormentoso enfrentamiento en el propio seno de la ejecutiva gallega cuando llegue la hora de nombrar candidato a la presidencia de la Xunta. Al tiempo.
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