Fisterra aplaude a su cronista

Eduardo Eiroa Millares
e. eiroa CEE / LA VOZ

FIRMAS

De izquierda a derecha, Manuel Rivas, Roberto Traba y Modesto Fraga ayer en Fisterra.
De izquierda a derecha, Manuel Rivas, Roberto Traba y Modesto Fraga ayer en Fisterra. Marcos Rodríguez< / span>

El salón de actos se llenó como nunca para escuchar al escritor

30 jun 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El nuevo salón de actos de Fisterra jamás se había visto en tal situación. Ayer no cabía un alma. La gente aguantaba de pie, sentada en cualquier lado o en la puerta. Y no había fútbol, sino una presentación literaria.

Veían la luz por segunda vez las Crónicas de Fisterra de Roberto Traba. Por segunda -en forma de libro- porque ya antes habían salpicado de ironía e historias increíbles las páginas de La Voz de Galicia en las que nacieron, a cuentagotas, desde 1998 hasta el 2002.

De su buen hacer literario dieron cuenta los encargados de la presentación, Manuel Rivas, Modesto Fraga y Xosé Ameixeiras. De su calidad humana, las docenas de amigos que repartieron aplausos a lo largo de la presentación.

«Ogallá estivera isto así en todos os actos literarios e culturais», dijo Fraga en alusión al lleno. El poeta y edil apuntó a la «fisterranía» del autor y a su repaso a personajes singulares del mundo fisterrán que salpica los 140 artículos recogidos en forma de libro.

«É un personaxe imprescindible neste territorio mítico», aseguró de Traba Ameixeiras, para quien «as crónicas de Roberto son como contos que foron verdade», una receta que mezcla retranca, imaginación y magia para dejarlos «levedar» hasta convertirse en historias fantásticas. Las crónicas están hechas, dijo «co ADN máis xenuinamente fisterrán».

Manuel Rivas, por su parte, abordó la magia de Fisterra: «A esfera terrestre de cando en vez, ten que descansar, pousar, e o fai en moi poucos lugares do mundo, un deles é Fisterra», dijo el escritor, quien citó algunos de los personajes que figuran en las crónicas, como la historia del futbolista Coné, salvado de ser linchado en campo rival tras subir a caballo de un guardia civil.

De Fisterra se ha escrito mucho desde fuera, «e agradezo moitísimo este agasallo: Fisterra vista desde dentro», apuntó Rivas tras alabar lo maravilloso que resulta que un pueblo tenga tal concentración de poetas.

Roberto Traba, agradecido y emocionado, recordó a su padre, el capitán Pepe Traba, con quien la familia hubo de dejar Fisterra para vivir en otros lugares. «Bueno niños, nos vamos a Tarifa, si os preguntan de donde sois, gallegos, de Fisterra y a mucha honra», contó que les dijo el padre, ya en el tren, cuando emprendía viaje hacia un nuevo destino.

Ahí, aseguró Traba, en la distancia, se empezó a forjar esa «fisterranía». Fueron sus padres los que sembraron esa semilla, esa «inquietude finibustérrica».

Fue en 1998, dijo, cuando empezó a publicar articulo en La Voz de Galicia, cuando se dio cuenta de que todas aquellas pequeñas historias que escuchaban y leían los muchos clientes de su peculiar taberna, podían interesarle a todo el mundo. Las ganas de escribir un libro las arrastraba desde hacía tiempo y finalmente se hizo realidad, algo que agradeció a Ernesto Insua, quien lo hizo posible. Repasó Traba un largo rosario de personajes de la geografía de Fisterra antes de rematar recitando Salve Fisterra, un bello poema escrito por su padre en los años 50 evocando su tierra.

Hubo salva de aplausos y colas para llevarse un ejemplar firmado. Roberto Traba tiene muchos lectores y, quedó claro, también muchos amigos.

presentación del libro de roberto Traba VELAY