«A veces me sentí Super Nanny»

B.R. SOTELINO VIGO / LA VOZ

FIRMAS

Carmen Márquez, durante las primeras pruebas que se realizaron en Vigo para elegir a tres niños.
Carmen Márquez, durante las primeras pruebas que se realizaron en Vigo para elegir a tres niños. emilio relova< / span>

Seleccionó a los 9 niños de Vigo que actúan en «Sonrisas y lágrimas»

19 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Carmen Márquez es la directora de cásting del musical Sonrisas y lágrimas. El espectáculo que se estrena hoy a las 21 horas en el teatro del Centro Cultural Novacaixagalicia, ofrecerá mañana, pasado y el domingo dos funciones cada día. En el elenco de artistas del musical basado en la famosa película figuran tres actores gallegos, la lucense Noemí Mazoy y los ourensanos Pablo Rivero y Christian Escudero. Junto a ellos actuarán nueve niños elegidos en la selección realizada en Vigo.

-¿Hacen esto en cada ciudad a la que van?

-Sí. De los siete hijos de la familia Von Trapp, los tres pequeños, Kurt, Martha y Gretel, son elegidos y preparados en cada ciudad que visitamos. Supone un gran esfuerzo, pero merece la pena. En Vigo ya hemos estado tres veces antes del estreno. Primero para la selección, a la que acudieron unos 80 niños. De ahí quedaron 15 preseleccionados, cinco por personaje, a los que se convocó a un segundo filtro en forma de taller, porque hay que saber si pueden con una obra de dos horas y 40 minutos. Y quedaron los nueve que van a hacer las funciones, tres por personaje: Sócrates, Gael, Manuel, Carolina, Raquel, Aitana, Gemma, Miriam y Sabela.

-¿Cómo llegó usted al musical?

-Mi trayectoria es un poco rara porque mi formación es clásica. Soy profesora de canto y empecé cantando ópera y zarzuela hasta dar con el mundo del musical con Fama y entrar también en el sector de la producción como gerente teatral. He tocado varios palos e incluso he actuado en alguna función de Sonrisas y lágrimas.

-¿Cómo ha sido eso?

-Una vez tuve que entrar a sustituir a una de las monjas y fue el gusanillo que me faltaba. Ahora, a partir de septiembre, en Madrid, entro a formar parte del reparto. Estoy encantada.

-¿Lo de formar a niños para cada función no resta calidad al espectáculo?

-Al contrario. Le da muchísima calidad, verdad y frescura porque son niños que no están maleados. Lo que nos daba era algo de miedo por si fallaban o se bloqueaban, pero no ha pasado nunca. Todo perfecto.

-Su labor al tener que descartar niños es un papelón, ¿no?

-Sí. Sobre todo en el segundo paso, tras dos días enteros con los chavales, tener que decirle a seis que no. Pensé que me iba a inmunizar, pero es espantoso. Me encantan los niños y ver la cara que se les queda... Pero también preparé mucho a los padres. A veces me sentía como Super Nanny: «El 80% del disgusto del niño va a depender del vuestro». Lo peor es cuando los obligan a ir sin ganas. Sufren.