
Dos gallegas, de Vigo y A Coruña, participan en un proyecto de los geriátricos de Sanitas para poner en valor la cocina tradicional de toda España
16 ago 2012 . Actualizado a las 10:40 h.«Aprender de las cosas buenas que hacen los mayores no es copiar... es heredar sabiduría». Esta cita del director de Sanitas Residencial, Domènec Crosas, da paso al libro de recetas que crearon gracias a la participación de 40 residentes de los geriátricos de Sanitas en toda España, con el objetivo de aunar cocina y conocimiento. En él, aparecen dos cocineras gallegas, la viguesa Dolores Mercedes Abeijón, que preparó un flan de almendras, y la coruñesa Araceli Franco, que dejó su huella con un tradicional caldo gallego.
Ellas hablaron con La Voz de las lecciones que da la cocina y la vida. Según Dolores, «antes se cocinaba mejor». A esta mujer no le gusta nada el estrés actual, porque afecta a la forma de comer: «Antes teníamos más tiempo para preparar la comida». Y los hábitos también mutan ya que «se iba de casa en casa a comer con los amigos». Además, está en contra de los «alimentos modernos» como las «hamburguesas». Esa misma opinión la comparte Araceli, que recuerda que, cuando posaba la comida en la mesa «se terminaba rápidamente». Y ríe al admitir que «no comía el plato porque estaba muy duro».
No hay duda de que la forma de alimentarse define los cambios de una sociedad y la manera de ser de las personas. La cocina no es solamente un lugar para preparar alimentos sino un lugar muy vivido, en el que los años dejan huella.
Para Dolores «la gente cambió mucho». «Noto que ya no somos como antes, cuando estábamos más unidos y había más amistad». En la cocina las lecciones de vida tampoco faltan. La forma de conseguir la felicidad para Araceli es fácil, ya que solamente hay que «vivir con la gente». Gestos como «apartar la soberbia y volver a ser humilde» cer las cosas como tienen que hacerse».
«Sabor y sabiduría» está disponible en las residencias Sanitas de toda España.