Instalados en el disparate

FIRMAS

26 ago 2012 . Actualizado a las 02:44 h.

No merece la pena echar la vista atrás, ni sonrojarse con algunas hemerotecas, si no es para aprender de los errores y certificar que, como pensábamos muchos, aquel Plan Xeral de Vigo estaba fuera de escala y era un auténtico disparate. Visto hoy, resulta paradigmático de la burbuja inmobiliaria. El documento que hizo al Bloque perder la virginidad urbanística y la política (al entregarle la alcaldía al PP para que Ventura Pérez Mariño no suprimiese ni un solo ladrillo) era tan irreal que prometía crear empleo a mayor ritmo que en la Alemania de la posguerra.

Ahora, para justificarse, algunos le echan la culpa a la crisis económica. Y va a ser que no: la verdadera crisis está en el modelo de crecimiento escogido. Más allá de los pelotazos en Gran Vía, Guixar, Beiramar o Plaza de España no existía ninguna apuesta de envergadura para sustentar el desarrollo de la ciudad. Vigo creció en su momento porque alguien ideó la expansión del puerto, la instalación de una Zona Franca, el puente de Rande, la autopista, una universidad... ¿Dónde están los grandes proyectos del siglo XXI? No existen. Llevamos unos cuantos años instalados en la falta de planificación. Y algunos ya no venden ni cemento, solo humo.