
La crisis está detrás del aumento insólito del número de denuncias
12 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Los expedientes de arbitraje de consumo por la compra de participaciones preferentes y obligaciones subordinadas centran buena parte de las reclamaciones de particulares que se tramitan a diario en las oficinas municipales de consumo de la comarca, donde una plataforma de afectados se moviliza desde hace meses para exigir la devolución del dinero invertido.
Los trabajadores de las OMIC admiten estar «a tope» en las últimas semanas ya que, a estas reclamaciones, se suma una gran cantidad de denuncias vecinales por lo que consideran «abusos» de las eléctricas. Además de por las cifras desorbitadas, los usuarios se quejan de la dificultad para leer y entender las facturas, según reconocen desde la OMIC focense. También se sienten indefensos los consumidores ante asuntos de telefonía y por servicios técnicos.
Desde la oficina de Consumo de Ribadeo, su responsable, Alberto Moledo, coincide en destacar el incremento de denuncias por las preferentes, aunque sobre reclamaciones contra las eléctricas ha tramitado casos singulares: «Chamoume un señor ao que lle pasaron unha factura de 1.200 euros porque non o facían dende principios de ano. Hai que aclarar que se pasan máis de cinco meses o usuario ten dereito ao pago fraccionado, pero en calquera caso, a compañía de telefonía incumpre un contrato». Muchas veces los consumidores -sostiene- se sienten indefensos. «Antes pasaba coas facturas do teléfono fixo, e agora máis cos móbiles. Tamén hai queixas porque as compañías telefónicas, nas tendas, fan contratos sen requirir toda a documentación que precisan... e despois veñen as confusións e os problemas». En los 16 años que lleva trabajando en la oficina, Moledo reconoce que nunca como ahora se han presentado tantas reclamaciones. A su entender, es consecuencia de la crisis: «A xente mira máis as facturas».
Moledo ha gestionado muchas reclamaciones por telefonía: «Lembro unha rapaza á que Vodafone lle pasou unha factura de 18.000 euros por falar dende o estranxeiro. Ela dixo que fora unha confusión cunha liña e devolvéronlle todos os cartos», apuntó Moledo, quien aclaró que Telefónica «ten un departamento específico para atender as reclamacións de Consumo».