Así se escribe la historia de la escultura

JERÓNIMO MARTEL OURENSE

FIRMAS

Miguel Villar

Muestra en el centro social de Novacaixagalicia

24 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En el Centro Social de Novacaixagalicia (Plaza Mayor de Ourense) y hasta el día 17 de febrero, se expone la muestra itinerante titulada A escultura extensa: Un percorrido complexo e vital. Se compone de una selección de veintiséis obras de otros tantos autores ?gallegos y portugueses más algunos españoles no gallegos-, que integran un recorrido sistemático a través de las colecciones de arte, tanto de Novacaixagalicia, como de Novagalicia Banco. Y fueron seleccionadas precisamente esas obras -contando previamente con un equipo humano de Novacaixagalicia, coordinado a las órdenes de Paloma Vela- por José Marín-Medina, asesor artístico de la exposición, quien ha ejercido la crítica de arte largamente en ABC y El Mundo.

De los artistas representados por las citadas obras -y según el orden de cita de la monografía que recoge el texto del catálogo, original de Marín-Medina-, hasta seis son originarios de Ourense: Acisclo Manzano (1940), Basallo (1952), Luis Borrajo (1950, el único de ellos ya fallecido), Jorge Perianes -un nuevo entrante en este limitadísimo listado gracias a una irresistible ascensión artística muy segura y rápida, residente en Vigo- (1974), Buciños -Manuel García Vázquez, natural de Buciños, Lugo, pero sobre todo residente llamémosle connatural de Ourense (1938), y, finalmente, Xurxo Oro Claro de Allariz, Ourense (1955). Cada uno de estos escultores tiene su párrafo explicativo en las páginas respectivas 75, 76, 78, 81, 83 y 86 del citado catálogo.

El hilo conductor de la muestra, recogido por el catálogo, se explica así: «En los últimos cien años (?) la concepción, el proceso y el sentido de la escultura de Occidente han experimentado muchos más cambios y han desarrollado alteraciones mucho más profundas que los que se produjeron a lo largo de toda su historia (?) Hoy ya no resulta fácil concretizar sobre cuestiones referidas a la misma naturaleza y a los valores plásticos e inclusive temáticos propios de la escultura actual, así como a su condición y a su trascendencia dentro de los espacios públicos (?) Nos encontramos, pues, con que las galerías de los museos y los espacios expositivos de los centros de arte, así como nuestros lugares públicos urbanos y naturales, exteriores e interiores, están siendo ocupados por «proyectos escultóricos» de sentido demasiado poco preciso, concebidos como una especie de lugar sin fronteras ?».

Se atribuye a Salvador Dalí la siguiente boutade: «Lo menos que puede pedirse a una escultura es que no se mueva». Pero la escultura se ha movido muchísimo durante el siglo XX, un siglo de creadores. Y, naturalmente, no estamos hablando aquí del arte cinético: lo suyo, de este arte, es obviamente moverse. Pues bien, el crítico Antón Castro apunta la escultura de Basallo y la de Borrajo al renglón metodológico «La escultura como construcción y espacio social»; y la de Xurxo Oro Claro al distinto renglón La escultura como objeto, naturaleza y simulacro de la utopía social. Como se ve, han sido múltiples los cambios de la escultura en los últimos tiempos.

A cada cual su sitio

La escultura gallega cuenta con dos momentos augurales e incluso estelares de cambio en el siglo XX. Uno, se llama Acisclo Manzano, en cuanto formó el núcleo del grupo de los artistiñas (1962-1968) de Vicente Risco con dos pintores igualmente ilustres ya fallecidos. Y el otro es Atlántica (1980). Tras la inauguración oficial de la presente exposición, se formó un grupo de visitantes de esta constituido por representantes de la docencia universitaria en historia del arte, la crítica de arte, la escultura, la pintura y la fotografía, que yo recuerde. Yo, estaba allí: y, cuando llegamos a la planta-sótano, oí la opinión unánime de que Acisclo, situado allí en un espacio mínimo, se encontraba definitivamente mal «colocado» en la muestra. Este era el único defecto de esta seguramente sin culpa concreta de nadie.