«Cuanto más feliz es la plantilla, mejor le va a la empresa»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

Santiago Vázquez presentó su libro la semana pasada en la Fundación Barrié.
Santiago Vázquez presentó su libro la semana pasada en la Fundación Barrié. césar quian< / span>

Recoge en un libro la necesidad de cambiar el concepto de trabajo

26 dic 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

Tras el vertiginoso currículo de este sociólogo, economista y licenciado en Ciencias Políticas que lleva más de veinte años dedicado a la gestión de personas, se encuentra un revolucionario de las relaciones laborales. Santiago Vázquez apuesta por la propagación de lo que llama la Gripe H, de Happiness at work (felicidad en el trabajo), como nuevo modelo productivo, social y personal, porque todo está relacionado. De ahí el título del libro que presentó la semana pasada, La felicidad en el trabajo... y en la vida. Algo que, asegura, es posible alcanzar.

-Para ser feliz en el trabajo, lo primero, es tenerlo.

-Sin duda, es un momento difícil. Pero este libro tiene vocación atemporal. Además, tener trabajo tampoco asegura el ser feliz. Con lo rápido que rueda todo no deberíamos enfocarnos solo al presente. Aunque parezca un tópico manido, podemos sacar algo positivo de la crisis. Quizá nos haga aprender algo sobre lo que nos llevó hasta aquí.

-De todos modos, lo de meter felicidad y trabajo en la misma frase, choca.

-No en vano el término viene de tripalium, un instrumento de tortura. Incluso Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso con el castigo de ganarse el pan con el sudor su frente. Así que venir ahora contando que puede ser una fuente de felicidad, puede resultar chocante. Lo que está claro es que si pasas ocho horas al día amargado, no vas a poder ser feliz, así que habrá que potenciar nuestras fortalezas para conseguirlo. La felicidad tiene un componente de placer, pero otro que implica sentirse útil.

-¿Ser feliz en el trabajo depende del trabajador o de la empresa?

-De ambos. Cuanto más feliz es la plantilla, mejor le va a la empresa. Tienen que preocuparse de que los jefes tengan habilidades no solo de negocio, sino para conseguir lo mejor de sus equipos. La figura del capataz que ordena y manda ya no es competitiva. Las empresas punteras lo aplican, pero todavía tenemos mucha herencia del pasado que desaprender.

-¿Cómo empezó a interesarse por este tema?

-Leí en La Voz un artículo, en el año 2003, sobre la presentación de La auténtica felicidad, del psicólogo Martin Seligman. Ahí se hablaba de cómo podemos influir sobre nuestra felicidad. Compré un libro para mí y otro para mi jefe, porque me pareció que ahí había una gran oportunidad. Yo ya intuía, por la experiencia, que cuanto más confiabas en las personas mejor era para la empresa y para los trabajadores. En un principio me daba cierto reparo utilizar la palabra felicidad, pero poco a poco, sin que pareciese que me había convertido a la causa de la noche a la mañana, fui aplicando los recursos de los que allí se hablaba a nivel profesional. Funcionaba, nos divertía y motivaba muchísimo.

-Ahora empieza a estar de moda esta tendencia que usted defiende.

-Y eso que llevamos un par de días, como quien dice, porque el término psicología positiva no se empieza a utilizar hasta el año 1998. Antes se estudiaba lo que no funcionaba correctamente en el ser humano, no sus fortalezas. Ahora, incluso la publicidad se hace eco de estos conceptos. Como el anuncio de la empresa Campofrío, el del currículo de Fofito. Eso es autoeficacia, confiar en nuestros propios recursos, lo que ayuda a superar retos.

santiago vázquez autor de «la felicidad en el trabajo... y en la vida»