«A cultura é a maior riqueza»

FIRMAS

Óscar Cela

Elvira Fernández, alumna de la UNED de 79 años, vive en Riotorto y está en primero de Sociología, carrera con la que ve colmada la frustrada aspiración de no haber podido seguir más estudios en su juventud

15 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si, como dice la conocida ranchera cantada por Vicente Fernández, lo importante no es llegar primero sino saber llegar, Ofelia Fernández, vecina del municipio lucense de Riotorto, puede darse por satisfecha. A sus 79 años, en estas semanas anda con la preparación de los primeros exámenes de Sociología en la UNED, carrera de la que se matriculó en otoño en una asignatura y cuyas pruebas pasará en Lugo.

Su vida parece una carrera en la que lo más importante es lo que se consigue y no el momento en que se alcanza. Se acercaba a los 40 años cuando logró obtener el título de graduado escolar, y también le quedaban algo lejos los años mozos cuando aprobó el examen de conducir. El primer título aún tiene continuidad porque está cursando estudios universitarios; pero el segundo también se mantiene vigente: tras haber manejado un Seat 600, ahora conduce un Ford Ka, que le sirve para desplazamientos a municipios cercanos.

Sin amargura, acaso con una leve y fugaz melancolía, Ofelia Fernández confiesa que le quedó «moita» pena por no haber estudiado en su juventud, pero agrega que «foron as circunstancias» las que decidieron. Ahora, tras haberse jubilado, ha podido convertir la planta baja de su casa en el aula donde libros, apuntes y hasta recortes de prensa ocupan el espacio antes dedicado a un comercio textil.

«Todos somos froito do ambiente», dice Ofelia Fernández. La frase supone un homenaje explícito a la memoria de su padre, natural de Trabada, asentado en Riotorto tras una experiencia en la emigración cubana y preocupado por tener libros en casa. Ahora, con casi 80 años, no le asustan los exámenes porque en el estudio, dice, no busca un título con el que poder abrirse paso en la vida sino un «enriquecemento persoal».

«A cultura é a mellor riqueza», subraya. Pero una enumeración de sus hábitos y aficiones revela que ya dispone en ese apartado de la vida de un estimable capital: lee a Elvira Lindo y a Isabel Allende; usa a menudo el ordenador y el correo electrónico en el aula informática de la localidad, y alaba a Stéphane Hessel -autor de ¡Indignaos!-, a José Luis Sampedro, a Francisco Fernández del Riego y a Isaac Díaz Pardo como ejemplos de personas activas en su longevidad.

Ofelia Fernández, que vive sola desde que murieron sus padres, tiene un sobrino que estudió Filosofía, aunque la elección de Sociología como carrera para cursar en la UNED parece una decisión personal, fruto sobre todo de su amplia curiosidad. Por las mañanas, tras las tareas domésticas, sale a tomar un café y a hacer la compra, y estudia antes de comer si el tiempo no se echa encima y obliga a dejar los libros y las notas para la tarde.

Sea cual sea la hora, lo que realmente le importa es el resultado del tiempo dedicado a saciar su curiosidad por aprender. «Aprendendo son feliz», dice esta alumna para quien la vida se vuelve una pobreza si se pierde el interés por ampliar horizontes.