Treinta trabajadores desconocen cuál será su futuro laboral
20 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los estertores del cierre de la fábrica de la Donuts en el polígono del Tambre todavía no han terminado. Cuatro meses después del preacuerdo al que llegaron las firmas Panrico y Halago para que la segunda, de origen ourensano, se hiciese cargo de las instalaciones y de una treintena de trabajadores, todavía no se ha cerrado el trato.
Según parece, y tal y como explica Francisco Vilar, responsable de la federación Agroalimentaria del sindicato Comisiones Obreras, las empresas todavía no han cerrado el acuerdo defintivo para que la planta cambie de manos y los puntos de fricción podrían ser el precio de venta y la carga de trabajo que Panrico mantendrá en las instalaciones del Tambre una vez Halago asuma las riendas, aunque ninguna de las dos compañías ha querido dar detalles a los trabajadores sobre cuál es exactamente el desencuentro que impide llegar al acuerdo definitivo.
Mientras tanto, una treintena de empleados -los que Halago decidió asumir tras ese preacuerdo con Panrico- desconocen todavía cuál será su futuro laboral, según ha trasladado estos días el comité de empresa a Vilar. Mientras no se cierra del todo el acuerdo entre ambas firmas continúan trabajando para Panrico, pero las condiciones en las que se se firmó el ERE, que supuso la salida de 45 personas de la firma catalana, establecen que en el caso de que no hubiese un acuerdo satisfactorio para la venta de la planta compostelana «os contratos serían extinguidos igual que o resto do cadro de persoal», puntualiza Vilar. Las condiciones del ERE que los trabajadores aceptaron a principios del mes de octubre eran de indemnizaciones de 30 días por año trabajado hasta un tope de 24 mensualidades.
Además, y según los planes de ambas firmas, se producirían 11 prejubilaciones y Panrico mantiene en nómina, según los datos aportados por Vilar, a un total de 14 empleados en la delegación de Panrico, que continúan desempeñando su labor con total normalidad. Los trabajadores continúan a la espera de ver si se llega o no a un acuerdo para la venta.