
Una firma de Redondela aplicó un antideslizante en la curva de la Estafeta
23 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Un resbalón siempre es algo inoportuno, pero si además se produce mientras corres entre cientos de personas escapando de seis toros de 600 kilos, la caída puede ser mortal Pero desde hace unos años, gracias al trabajo de la empresa redondelana Antideslizantes Pavitec, los sanfermines son más seguros, en especial la famosa y peligrosa curva de la Estafeta, tristemente célebre por las caídas y cogidas que en ella solían tener lugar.
Viendo que caían tantos corredores durante los encierros, Vicente García, delegado de la empresa y responsable comercial, decidió ofrecerle al Ayuntamiento de Pamplona sus servicios. «Tenemos una fórmula magistral producto de una investigación que hicimos», afirma. Se trata de una reacción química que, una vez aplicada a la superficie, crea «millones de microporos que, al estar el suelo mojado, hacen acción ventosa y evitan el patinazo», explica sin desvelar el contenido de la fórmula, ya que «nosotros no vendemos el producto, lo aplicamos». El secreto está en administrarlo de manera homogénea, por lo que hay hacerlo de manera manual, con un dosificador y «una especie de fregona que no se encuentra en el mercado», por lo que tienen que fabricarla ellos mismos con un coste de 300 euros.
Pero no es tan sencillo como llegar y aplicar el producto. Antes tienen que analizar el suelo en el que van a realizar el tratamiento antideslizante, ya que cada «pavimento tiene unas concentraciones y unos aditivos distintos», afirma Vicente. El mismo producto que sirve para hacer antideslizante una superficie podría dejar inservible otra. «Si le damos a un plato de ducha lo mismo que a una bañera, la quemamos; la hacemos antideslizante pero después no hay quien que la limpie», explica entre risas el delegado de la empresa.
«Nosotros hicimos desde la plaza del Ayuntamiento, todo Mercaderes hasta la curva de la Estafeta incluida», zona en la que este año no hubo ninguna caída, ni de corredores, ni de toros, explica Sin embargo, la empresa vendió el tratamiento antideslizante «para los corredores; los de los toros fue secundario», matiza. Con todo, se siente muy orgulloso de ese efecto secundario, ya que son «esos toros que vienen rezagados por las caídas los que provocan las grandes cornadas». Además, se evita un sufrimiento al animal, no solo por la vergüenza de estar interpretando la escena de Bambi en el lago helado al intentar levantarse, sino porque a menudo, por culpa de esas caídas, los toros resultaban lesionados.
El motivo por el que el sistema antideslizante no se emplea en todo el recorrido de los encierros es puramente económico. Solo aplicarlo en la zona en la que actualmente se hace cuesta 12.000 euros, aunque es «barato desde el momento en que se salvan vidas», dice García.
Barato o no, lo cierto es que entre los pamplonicas y «la gente que sabe correr», todo son felicitaciones hacia ellos. «Dicen que ahora es una maravilla», explica el delegado de la empresa, cuyo trabajo ha recibido elogios del mismísimo arquitecto del museo Guggenheim de Bilbao, Frank Gehry, por su labor en el edificio. «Me siento muy orgulloso viendo lo peligrosos que son los encierros», añade.
La empresa de Redondela, que es «100 % gallega», lleva realizando tratamientos antideslizantes desde hace casi veinte años por todo el mundo, desde Cancún y República Dominicana hasta Catar, pasando por Francia y Portugal, vendiendo siempre tres cosas: «Seguridad, seguridad y seguridad», en palabras de García.