El enterrador de Betanzos, pendiente de los tribunales

Toni Silva BETANZOS / LA VOZ

FIRMAS

CÉSAR DELGADO

Trabajó en el cementerio con un contrato del Grumir. Hoy reclama seguir la suerte de sus compañeros readmitidos

26 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando el Concello de Betanzos repartía los uniformes del Grumir, a Janel le tocaba ropa de obra. Su contrato le ubicaba en el grupo de intervención rápida, pero, a excepción de unos pocos meses, su cometido fue siempre atender el cementerio. Abrir y cerrar nichos. Cuidar la flora del camposanto. Una vida laboral que de intervención rápida tenía poco. Pero cuando el Ayuntamiento suprimió el equipo Grumir, él fue incluido en el lote. Posteriormente, varias sentencias -en previsión de que la Xunta no aportaría las ayudas anuales- obligaron a reponer en sus puestos a seis de los ocho cesados. Janel y su compañera Ana María se quedaron fuera y han recurrido la sentencia del Juzgado de lo Social de A Coruña.

«En fraude de ley»

Ahora Janel (Juan Manuel Pérez Muíño) espera que el Concello le dé una nueva oportunidad después de una trayectoria de cuatro años «en fraude de ley». «Hasta el alcalde reconocía que conmigo lo tenían perdido, y mira, les salió bien», lamenta. Se indigna al recordar que su caso fue utilizado por los dos principales partidos locales. «Cuando María Faraldo era la alcaldesa, el PSOE protestaba por mi situación, y después de las elecciones ocurre al revés, los que primero me defendían luego no hicieron nada por resolverlo», explica. El alcalde, Ramón García, señala que su principal crítica entonces en la oposición «era que Janel estuvo varios meses sin seguro e incluso sin cobrar».

El joven extrabajador municipal no olvida la primera vez que colaboró en un sepelio en el cementerio de Betanzos, lo que le abriría cuatro años entre nichos. «Era el 10 de noviembre del 2008, el día de mi cumpleaños», recuerda.