«Hay dos familias interesadas en llevar a tu hijo, pero una paga más»

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

FIRMAS

La operación Bebé está en marcha desde hace un par de años.
La operación Bebé está en marcha desde hace un par de años.

Una madre declaró que fue una monja la que le habló de adopción

19 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La mujer de nacionalidad lituana a la que supuestamente quitaron a su recién al poco de nacer contó en su día a los investigadores de la operación Carioca que nunca le hablaron para nada de de dar a su hijo en adopción. Fue dos semanas antes de dar a luz cuando empezaron a hacerle algunas insinuaciones, pintándole incluso dibujos en papeles para ayudarle a comprender lo que pretendían, porque

se defendía mal en castellano. Según la mujer, una de las monjas de la casa de acogida en la que acabó, le dio la siguiente explicación: «Hay dos familias interesadas en tu hijo y una puede pagar más que la otra». La mujer explicó que en ningún momento le hablaron de dinero. Si bien recalcó que ella, en ningún momento, se le hubiese ocurrido vender a su pequeño. Tenía una hija de 9 años y deseaba afrontar su cuidado y educación y estaba capacitada para ello, por lo que no comprende como desde Menores plantearon la retirada del bebé.

La mujer explicó que se sintió amenazada por lo que denomina un «varón ruso». «Si no entregas a tu bebé, mataré a tu hija», supuestamente le dijo en varias ocasiones.

¿Pero quién es ese varón ruso, cuya existencia parece que ni tan siquiera se llegó a investigar? Según la madre afectada, apareció cuando se encontraba embarazada de siete meses de gestación a finales del año 2002, más o menos un mes después de haber puesto el pie en la provincia de Lugo donde trabajó como bailarina en clubes de alterne de Garabolos y Ribadeo. La mujer expresó que, en ningún momento, ejerció como prostituta.

El ruso, según contó ella, la puso en contacto con el Ayuntamiento de Ribadeo y fue él quien le dio el número teléfono de una «casa de monjas» en la calle Músico Falla de Lugo.

Fue una mujer y el propio «varón ruso» quienes la trajeron al hogar de religiosas. Allí, según la versión de la afectada, le retiraron el pasaporte y el móvil y le dijeron que no podía tener contacto telefónico con nadie, ni salir sola. Las veces que tuvo que salir fue acompañada de dos personas, una monja y una mujer que vivía en la casa con un niño.

La mujer aseguró a los investigadores que desconocía los datos del «varón ruso». En todo caso contó que era alto y de pelo rubio y que por teléfono la amenazaba con matarle a su hija. «Nunca quise preguntar por él porque le tenía mucho miedo. Yo nunca deseé dar a mi hijo y si lo hice fue por miedo a ese hombre», expresó. Junto a ese varón rubio de supuesta nacionalidad rusa también sitúa a una mujer española que le solía acompañar.

La víctima firmó la dación del bebé al día siguiente de nacer. «Salí del hospital sin mi hijo y volví de nuevo con las monjas que me dijeron que tenía que personarme en la Xunta un mes después. A los dos días apareció el varón ruso y su amiga en la casa de monjas. Recogieron mis cosas y me llevaron a Ribadeo. Esta fue la última vez que que vi al soviético, pero antes me dijo: «Mataré a tu hija sino haces todo el papeleo que te dicen las monjas».

La jueza que tomó declaración a esta mujer, nueve años después de que ocurrieran los hechos, decidió que el asunto había prescrito. Su decisión está recurrida porque varios abogados entienden que no puede haber prescripción porque en casos de menores el tiempo empieza a contar cuando alcanzan la mayoría de edad.

«Mataré a tu hija si no haces todo el papeleo que te dicen las monjas»