
El claustro aprobó el plan estratégico de la Universidad hasta el 2020
05 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Después de meses de reuniones y negociaciones con todos los miembros de la comunidad universitaria, ayer se aprobó en el claustro de la UDC -por 91 votos a favor, 8 en contra y 44 abstenciones- el nuevo plan estratégico que dirigirá el rumbo de la institución académica durante los próximos siete años. Este documento, según resumió el rector, Xosé Luís Armesto, «retrata ben o que somos e o que queremos ser. Define como imos a enfrontar a curto prazo a nosa responsabilidade de prestar un servizo público fundamental para o progreso social cultural e económico do noso contorno».
¿Cuál será la hoja de ruta de este plan?
Diez líneas maestras marcarán el nuevo plan estratégico de la UDC que se fija como primer objetivo continuar siendo la universidad de Galicia que antes emplea a sus graduados. Conseguir un 50 % más de ingresos procedentes de proyectos internacionales y aumentar en un 20 % los programas colaborativos universidad-empresa es otra de las directrices establecidas, que se une a la de conseguir una producción científica de calidad que sitúe a la institución académica coruñesa entre las primeras 20 de España. Ofrecer titulaciones atractivas (conjuntas, dobles y en inglés), mantener unos resultados académicos con una tasa de éxito superior al 80 % o incrementar en un 50 % la matrícula en los nuevos másteres son otros tres mandamientos de este plan; que se completa con intentar incrementar en 60 puntos porcentuales la tasa de movilidad de los estudiantes, mantener las ayudas destinadas a los alumnos, y conseguir un menor impacto ambiental llegando al 100 % de reciclaje. Por último, el decálogo de objetivos estratégicos implica la «integración e a coordinación das estratexias e das actuacións da Universidade, dos centros e de todos os servizos, para xestionar de forma máis eficiente os recursos e para acadar xuntos os obxectivos comúns».
¿Habrá recursos para llevar a cabo toda esta planificación?
Los recortes en el presupuesto de la UDC desde hace casi un lustro han provocado que el plan estratégico que se puso en marcha en el 2004 no se pudiera llevar a cabo, situación económica que también pone el riesgo el que se aprobó ayer. Aunque desde el equipo de gobierno se apuntó que el documento es susceptible de modificaciones por esta causa, muchos claustrales criticaron el plan «porque no es realista, y no se sostiene sobre el papel. Presentan una situación muy bonita, pero la realidad es muy distinta».
¿Qué proyectos se podrán realizar?
Los grandes proyectos que hace años había anunciado la UDC han visto como sus partidas económicas se reducían o simplemente desaparecían. Ayer también se aprobaron las líneas generales de la programación plurianual y presupuestaria, marcada por el recorte de un 45 % en el capítulo de inversiones desde el 2010. Por este motivo, la UDC solamente tiene dinero para ejecutar «as obras en marcha e os proxectos inaprazables», como son la puesta en funcionamiento del edificio anexo a Informática y Camiños, y del Centro de Investigacións Científicas Avanzadas (CICA) y la ampliación del Centro de Innovación Tecnolóxica en Edificación e Enxeñería Civil (Citeec), cuyas obras saldrán próximamente a contratación, después de estar paralizadas durante tres años.
¿Cuál fue el balance del valedor universitario?
El claustro de ayer también sirvió para presentar el balance anual del valedor universitario, Enrique Martínez Ansemil, que explicó que durante este año recibió un total de 84 consultas y 44 quejas, 33 de las cuales derivaron en reclamaciones de estudiantes. La mayoría de estas quejas tenían relación con la organización de la actividad docente, así como con las validaciones, reconocimientos y adaptaciones. Por lo que se refiere a las consultas, la mayoría tenían relación con los exámenes y los criterios de evaluación. Como conclusión, Ansemil destacó que la situación de crisis económica actual ha desembocado en que muchos estudiantes hayan sido «expulsados del sistema universitario», mientras que otros tienen que buscar trabajo para poder seguir en las aulas.