Francesca Nocivelli y el colectivo CP Dones en el Simeón
22 dic 2013 . Actualizado a las 06:00 h.«Tú risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea?» Miguel Hernández.
Francesca Nocivelli y el colectivo CP DONES de Barcelona presentan en el Centro Cultural Marcos Valcárcel A galería dos doces soños dentro del Outono Fotográfico.
Una divertida exposición cargada de color, ironía e ilusión, en la que una serie de internas del centro penitenciario de Dones en Barcelona y dirigidas por la fotógrafa Francesca Nocivelli intervienen cuadros famosos de la Historia del Arte con una mirada femenina y actual.
Para este proyecto que inicialmente se planteó como un taller que permitiese a las reclusas la oportunidad de expresarse a través de la imagen y de la fotografía y que se materializó en distintos calendarios distribuidos entre cárceles catalanas; y en colaboración con el Espai Fotográfic Can Basté y la ONG Art Solidari en la instalación artística itinerante A galería dos doces soños que puede visitarse hasta el 6 de enero en el centro cultural.
Las integrantes de este proyecto trabajaron de forma transversal con otros talleres como el de pintura, costura o peluquería, como agentes en el proceso de diseño, ejecución y producción de cada uno de los proyectos. Así, realizaron las escenografías y escogieron los elementos de attrezzo, vestuario, maquillaje y poses actuando, firmando y fotografiándose además de asumir todos los roles de producción y figuración bajo la dirección de Francesca Nocivelli, fotógrafa italiana comprometida con la sociedad. Francesca ha trabajado durante muchos años en las favelas de Fortaleza, Brasil, difundiendo el uso de la cámara estenopeica entre niños y adultos y desarrollando diversos proyectos fotográficos. Asentada en Barcelona actualmente, colaboró con Art Solidari además de en éste, en otros proyectos fotográficos como Maravilha.
Ironía, color y frescura
Los cuadros intervenidos generan imágenes estimulantes a través de las escenografías, gestos y guiños de sus protagonistas. Las Tres Gracias de la Novicelli distan de las de Rafael en ironía, color y frescura. Dentro del pictoricismo de las imágenes intervenidas por las internas, hay una crítica a la sociedad y abundantes referencias a la actualidad y al cine.
Las curiosas doctoras diseccionan el cadáver de un muñeco bajo la estricta mirada de la maestra de ceremonias ataviada con un curioso sombrero circense, en una extraña parodia de La lección de anatomía de Rembrandt. Mientras, una muchacha no se asoma a la ventana como la de Dalí, sino que tacha los días que pasan y cuenta los que le quedan de espera en reclusión entre cuatro paredes desde las que no se huele el mar. Fuera, las chicas juegan al fútbol con Rousseau; a pocos metros, una improvisada gimnasta se pliega sobre las Nympheas de Monet.
En una cabina una interna, sufre el peso de la belleza bajo un cielo angustioso e hipnótico de Munch y en un tándem se apropian del de Ramón Casas para darse un paseo, Magritte se esconde tras una manzana y unas internas generosas crean al hombre desde una Capilla Sixtina sin ventanas.
En primer plano y de lunares, delante de la Sagrada Familia, los personajes posan con la solemnidad del retrato clásico de Wood pero sin su hierática tensión y en Life is fun en múltiple retrato de corte warholiano las internas nos recuerdan que vivir es maravilloso en una explosión de color basada en una alteración de los mismos y la reproducción de un modelo sistemático. La madrasta de Blancanieves acciona el mando a distancia del televisor y su risa perversa e histérica retumba en la estancia a punto de disolverse, como una ensoñación, en la imagen de una instalación performática de gran pictoricismo, movimiento y carácter lúdico. Una galería de personajes encerrados en un espacio irreal.
Los carteles de películas intervenidos en las fotografías de las internas consiguen rotundas imágenes de ingeniosa ironía desde Pulp Fiction a Nikita y de Los Pájaros a Terciopelo Azul pasando por La casa de las dagas voladoras, Kill Bill o Juana de Arco.
Los objetos, precintados, asépticos, empaquetados y guardados en el cajón del corazón.
Los versos se fugan de la cárcel?
«Herramienta es tu risa.
Luz que proclama la victoria del trigo sobre la grama.
Ríe.
Contigo venceré siempre al tiempo que es mi enemigo». Miguel Hernández.