
El jubilado que empezó como guarnicionero, trabajó en Suiza, vivió el declive del cine Xesteira y también disfrutó la reapertura del Principal
13 ene 2014 . Actualizado a las 15:39 h.Pepe Fernández Rey (Maceda, 1948) compartió muchas horas con Harrison Ford, Jack Nicholson, Jessica Lange y Carmen Maura, entre otras figuras de la gran pantalla. Sus años de trabajo en los desaparecidos cine Xesteira y teatro Losada, de 1980 a 1992, le permitieron disfrutar de una época que se ha ido. Asistió a los últimos números de revista en el escenario del Losada. Hablar de aquel mundo de frivolidad y vedetes, aun desde una posición de segunda fila, como en realidad era la suya, le enciende la sonrisa. Es inevitable recordar el día en que se encontró con la necesidad de subir un telegrama a una de aquellas artistas cuando estaban a punto de bajar al escenario. La escalera y el paso era estrecho, muy estrecho, tanto que aquel hombre a punto estuvo de ser arrollado por el grupo de chicas que bajaban, ágiles y despreocupadas, dando los últimos toques a su más que liviano vestuario.
Fernández Rey, que a los 12 años había empezado en su Maceda natal a formarse (y ganar sus primeros duros) como guarnicionero, mañoso y hábil en el arte de la marroquinería, reconocido con un premio por su artesano trabajo en una silla de montar, emprendió a los 18 años el camino de la emigración. Marchó a Suiza. En sus tres veranos de estancia aprendió italiano y francés, trabajó en el sector cárnico y se especializó como deshuesador. «Mil francos al mes era un sueldazo para la época, pero a los 21 años tocó la mili», recuerda. Durante los permisos desempolvaba las herramientas y volvía al cuero en Maceda. Cumplido el servicio, volvió a Suiza, pero «la situación era diferente, estaba peor, había menos oferta laboral», por lo que su destino acabó siendo la hostelería. Regresó.
El mundo seguía girando y antes de que se pusiera de moda el discurso de la flexibilidad y la adaptación al mercado laboral, Pepe aprovechó sus conocimiento para incorporarse a calzados Celta. Sabía coser, trabajaba bien el cuero y ello resultó proverbial para cubrir una etapa de su vida laboral. Hasta que en 1980 llegó su cita con las estrellas, en el Xesteira y el Losada. De aquí pasó al Principal. «Estaba allí el 28 de febrero del 1992, el día de la reapertura. Recuerdo esa época con cariño. Siempre me gustó el trato con el público, que la gente estuviera satisfecha con el servicio. He tenido ocasión de hacer muchos amigos y eso me hace muy feliz», indica.
Puso en el 2010 fin a su vida laboral como ordenanza en la sección de vías y obras de la Diputación, institución a la que se incorporó en el 2008 después de haber pedido el traslado del Principal. Atrás dejó 38 años de cotización, con tres más en Suiza, y una trayectoria laboral heterogénea para la época que le tocó vivir, en la que la mayoría pugnaba por el trabajo fijo para toda la vida. Y sin otra universidad que la vida.
El Paseo das Ninfas es hoy parte de su rutina. Conoce, saluda y charla. Con cinco hijos, su nieta de nueve años es la niña de sus ojos y reina de la casa.
Este Fernández Rey es, por cierto, el mismo que durante años ha participado como colaborador en programas de radio dedicados al deporte.
pepe fernández rey