La plantilla del Club Deportivo Ourense vivió con intensidad su gran noche, la disputa de la final de la Copa de la RFEF en su feudo de O Couto, ante casi 5.000 aficionados, con televisión en directo y con Ángel María Villar en el palco. En ese escenario, los futbolistas no podían dejar pasar la oportunidad de expresar una vez más su reivindicación y lo hicieron de un modo claro y conciso: Engañados y abandonados.
Los once titulares salieron al campo con una pancarta que solo mostraron a la grada de Preferencia en un principio, ya que ocultaron su mensaje a la Tribuna en la que está enclavada el recinto reservado a las autoridades. Como si de un giro teatral se tratara, la denuncia fue desvelada desde el círculo central a la directiva -que el plantel considera responsable-, al máximo dirigente del ente federativo nacional y a todo su séquito, en el que se incluía entre otros el presidente de la gallega, acompañados todos por distintos políticos locales. Y es que el habitáculo no tenía nada que ver con su aspecto habitual, ayer estaba superpoblado.
La reacción del público fue un atronador aplauso, que los jugadores agradecieron desde su posición, antes de centrarse nuevamente en su cita histórica. Fue la segunda acción de este tipo que se ha producido en el campo, ya que el pasado 23 de febrero, los rojillos cedieron el balón al Noja durante los primeros 30 segundos de su partido de la Segunda B.