La continuidad de la ópera pasará por un programa anual reducido
06 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El Festival Mozart está difunto, pero nadie quiere escribir su réquiem. Al igual que hizo el compositor salzburgués con el suyo, por ahora esta composición está incompleta. En Madrid, donde empezó, duró una década. En A Coruña, 16 años. El mal de su agonía es muy parecido en ambos casos, la falta patrocinio.
¿Por qué empieza el Festival Mozart?
Arrancó en Madrid, en 1988, como una actividad de la revista Scherzo. La publicación organizaba diversos actos desde tres años antes. El Festival Mozart comenzó en el entorno del bicentenario de la muerte del músico. La difusión de los trabajos de Mozart era lógicamente el principal objetivo, al que se sumaba ofrecer al público otras obras del siglo XVIII, la época durante la que se compusieron las mejores obras de la historia de la música. Durante su década de existencia, el festival programó 21 obras de Mozart, diez de otros compositores, 107 representaciones y más de 200 conciertos en ocasiones de algunos intérpretes que cantaban ópera por primera vez.
¿A qué se debió su traslado a A Coruña?
Antonio del Moral, que fue su máximo inspirador en Madrid, había sido también gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Este hecho, unido al impulso del entonces alcalde Francisco Vázquez, a los problemas que el festival empezaba a tener en Madrid y al hecho de contar en A Coruña con estamentos dispuestos a aportar una financiación que empezaba a escasear en la capital hicieron posible un complicado y laborioso traslado. De todos modos, el modelo y la filosofía era el mismo que había motivado su nacimiento.
¿Mantuvo el nivel artístico el festival?
Hay muchos aficionados que todavía recuerdan actuaciones de la primera edición del Festival Mozart en A Coruña: «En el escenario solo había una luz iluminando un piano; salió María Joao Pires, saludó al público y, ¡sin partitura!, se sentó al piano y empezó a tocar dos obras de Schubert. Fue algo espectacular que nos dejó a todos impresionados», recuerda uno de los asistentes a aquel concierto. La relación de momentos estelares es muy amplia con óperas como La clemenza di Tito, de Mozart, o La flauta mágica, con la participación de Els Comediants.
¿Por qué se acaba? ¿Era caro para el espectador?
Es una cuestión económica, tal y como reconoció el gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, Andrés Lacasa. Si el presupuesto de los últimos años era de medio millón de euros, 300.000 procedían de la ayuda de Novacaixagalicia. Al dejar de percibir esa subvención, hace ahora dos años, mantenerlo solo con los presupuestos del Consorcio era inviable. Hay aficionados que sostienen que el precio de las entradas a las actividades del festival era asumible por una familia. También los hay que apuntan como en los últimos años, sobre todo en el 2013, la asistencia de público disminuyó muchísimo.
¿Afectará a la Sinfónica?
Mantener lo estable y suprimir lo temporal. Esa ha sido la elección de los responsables del Consorcio. Y lo estable es la programación anual de la OSG, con sus diversas formaciones y sus distintas actividades. Y también han sufrido recortes.
¿Hay esperanzas para una continuidad?
Todo apunta a un programa operístico anual reducido. Desde la gerencia de la Sinfónica reconocen que existe la demanda y la solución podría venir de la colaboración con Amigos de la Ópera de A Coruña.