Elduayen: «Me dicen que se acuerdan de mí cuando ven 'Ocho apellidos vascos'»

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PACO RODRÍGUEZ

03 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es de Olaberría y su mujer de Ordizia. Pero desde hace 15 años no viven en su Guipúzcoa natal sino en A Coruña. «Es un sitio tranquilo. El clima es parecido al de San Sebastián. Nadie se mete contigo. Me recuerda mucho al País Vasco», comenta Agustín de Carlos Elduayen, que durante tres temporadas fue portero del Deportivo. «Apenas jugué, entre lesiones y decisiones técnicas. Nunca fui de guardar recortes de prensa y hasta hace poco no tenía ningún vídeo. Pedí a los equipo en los que jugué que me mandasen alguno y tengo, por ejemplo, uno de un Deportivo-Barça. De la Real Sociedad me enviaron uno de goles, es decir, de goles que me marcaron», apunta sonriente. Su esposa da clases en la Universidad. Estudió Filología Hispánica y se doctoró en Filología Inglesa. Es padre de dos hijas, de 25 y 22 años. «Durante mucho tiempo siempre estaba fuera de casa. Mi mujer crió a las niñas porque en las ciudades donde estábamos tampoco teníamos familiares en los que apoyarnos. Ahora ya son mayores y podemos disfrutar más», comenta Elduayen, que mañana cumple 50 años. «Lo llevo bien, es ley de vida. El tiempo pasa muy rápido, sobre todo cuando tienes hijos».

En Carballo

Jugó en la Real Sociedad, Atlético de Madrid, Burgos, Deportivo y Valladolid. «¡En cinco equipos de primera! Creo que disputé en la máxima categoría unos 180 partidos», apunta mientras busca en el móvil el dato exacto. Fue convocado para un partido de la selección española contra Rusia, pero no llegó a debutar. «Se paga mejor ahora que antes y además los porteros eran los peor pagados. Me dio para ahorrar e invertir bien», destaca. Sigue vinculado al fútbol aunque no lo practica. «No puedo hacer deporte, me duele la espalda (se estira en la silla). Ya sabía que al haber sido portero cuando sea mayor el bastón no me lo quita nadie», asegura sonriente. Lleva una vida tranquila. Por las tardes se desplaza a Carballo, a las escuelas de Luis Calvo. Obtuvo el titulo de entrenador nacional y de porteros y forma a chavales de la comarca de Bergantiños. «Casi todos hablan en gallego. No lo hablo, pero lo entiendo. Desde que se estrenó Ocho apellidos vascos dicen que se acuerdan de mí cuando ven la película. Lo curioso es que cuando voy a mi tierra comentan que tengo acento gallego».

Cocina y pesca

Cuando en el 99 colgó las botas en Valladolid y se instaló en A Coruña, donde conservaba casa en Oleiros y sus hijas amistades escolares, se matriculó en la Escuela de Hostelería San Javier. «Hice dos cursos. En casa cocino y me gusta, pero de preparar tantos platos cogí 4 o 5 kilos y paré. Los pescados en salsa verde me salen muy bien. Me desahoga la cocina, y también la pesca. Soy de río, de cucharilla», comenta Elduayen, que llegó a montar un local de hostelería con un socio, el Café de Carlos en la avenida de Arteixo. «De Carlos es mi primer apellido, pero un entrenador del Sanse decidió que tenía que utilizar el segundo, algo que a mi padre al principio no gustó nada», recuerda. Dice que los porteros de ahora no tienen nada que ver con los de entes. «No se parecen Arconada o Iribar a De Gea o Víctor Valdés, que me gustan». Antes de la despedida suelta una frase contundente: «Todos los goles se pueden parar. Si estas mal colocado, por ejemplo, podrías parar los imparables».

«Antes los porteros éramos los peor pagados»